Por: Staff a.m.
Las cuadrillas luchan contra el tiempo y el calor para dejar a punto el escenario donde el sábado el alcalde Ricardo Sheffield Padilla entregará las llaves de la ciudad al Papa Benedicto XVI.
La ceremonia de honores comenzará a las 7:30 de la noche del sábado, antes de que inicie su segundo recorrido en el papamóvil en León, y tras el encuentro del Pontífice con el presidente Felipe Calderón en la capital del estado.
Él escenario principal ya está instalado, los trabajadores ajustan detalles en las escalinatas, una lona a casi siete metros de altura enmarca el escenario que como fondo tiene los colores de El Vaticano.
La pintura está terminada en la estructura metálica, que ha cambiado la imagen abandonada de la puerta de entrada a León antes de ser designada como sede de la entrega de las llaves a Su Santidad.
Trabajadores de Parques y Jardines transformaron la imagen urbana que ahora luce áreas verdes.
Atrás, la comandancia de Tránsito también fue mejorada con pintura, se colocó pasto y se puso una estructura con lonas.
Trabajadores de Obra Pública acondicionan con grava triturada las zonas terregosas que son el paso diario de los estudiantes de la zona.
Alista Miraflores bienvenida con mantas
La visita de su santidad Benedicto XVI derivó en las mejoras urbanas de las inmediaciones del Colegio Miraflores.
En la fachada colocaron pendones y mantas dando la bienvenida al Papa, una de ellas en alemán: ‘Herzlich willkommen zu Hause SS Benedicto XVI’, que se traduce como ‘Bienvenido a casa SS Benedicto XVI’.
“Las religiosas Esclavas de la Santísima Eucaristía y la Comunidad Educativa del Colegio Miraflores le dan una cordial y calurosa bienvenida”, dice el cartel colocado en la puerta por donde entrará el papamóvil.
Personal de la escuela colocó las mantas, mientras trabajadores de Protección Civil daban una última supervisión antes de que entre el Estado Mayor Presidencial a hacerse cargo de las instalaciones del colegio.
Los papás de los alumnos ya fueron avisados que las clases se suspenderán el jueves y se reanudarán el lunes.
“Ya se avisó que se suspenden actividades el miércoles a las 4 de la tarde”, señaló Marisol, mamá de alumnos del plantel.
Ayer ya no se permitió el acceso al auditorio de la preparatoria, donde se montó una exposición sobre la vida del Pontífice.
Periodistas internacional esllegaron al colegio Miraflores, pero se les negó la entrada.
La imagen urbana de la zona se transformó en dos semanas, el bulevar Alonso de Torres, en el carril de oriente a poniente, por donde circulará el papamóvil, fue reasfaltado, y los camellones lucen como jardines, con plantas nuevas.
Sin embargo vecinos y comerciantes están desconcertados.
“Abriremos normalmente pero muchos comercios cerrarán pues acordonarán todo el colegio Miraflores con vallas metálicas y será imposible transitar por este lugar”, dijo Jorge Antonio Morales, empleado de una farmacia cercana.
Serán primeros en ver a Pontífice
Las colonias Nuevo México, con cerca de cinco mil habitantes, se alistan para el paso de Benedicto XVI.
Los habitantes esperan ansiosos que las autoridades se acerquen a informarles qué medidas deberán tomar.
“Yo siento que nosotros estamos muy lejos de la mirada de Dios”, dijo Beatriz Balandrán mientras atendía clientes en su tienda al pie de la carretera.
“Aquí hay muchos problemas, lo que nos da gusto es que al menos unos días podremos contar con vigilancia y un poco de atención de las autoridades, pero seguramente esto terminará cuando se vaya el Papa”, consideró.
La alegría de ver al Santo Padre se opaca en las colonias por los problemas de vandalismo que padecen.
“A nosotros ya nos vinieron a avisar de Fiscalización de Silao que no podremos vender los tres días, ¿por qué? pues quién sabe, si (el Papa) por aquí sólo pasa un día, pero nos amenazaron con que si vendíamos no habría multas, sino clausuras y no estamos para eso”, comentó Daniel Silva, encargado de la vinatería de la comunidad.
“Nos vamos a asomar a ver al Papa pues no vamos a tener qué hacer, si no vamos a poder trabajar, al menos intentaremos que la gente se pueda subir ahí a la azotea para que lo vean a gusto”, comentó.
El comerciante descartó cobrar porque “ni siquiera sabemos qué tanta gente vaya a venir, luego capaz que nos quedamos con la inversión que se haga en comida o agua y no va a servir de nada”.
