Jordi Kuhs Viena, 8 mar (EFE).- Seis importantes potencias aumentaron hoy su presión diplomática sobre Irán para que mejore su cooperación con la agencia nuclear de la ONU y vuelva a la mesa de negociaciones donde exigen conversaciones serias, sostenidas y sin condiciones.
El llamado grupo 5+1 (EEUU, Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) presentó en Viena una declaración conjunta en la que exige que los expertos del OIEA tengan acceso a Parchin, una base militar cerca de Teherán, donde sospechan experimentos para el desarrollo de armas atómicas.
Dos días después de aceptar una oferta iraní de retomar el diálogo sobre su controvertido programa nuclear, los seis reclamaron que estas conversaciones "no tengan condiciones", además de ser "serias" y "sostenidas".
Sólo de esta forma se puede establecer el ambiente para crear la confianza necesaria en la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní, destacó China en nombre del 5+1 ante el pleno de la Junta de Gobernadores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), reunida desde el pasado lunes en Viena.
El representante chino agregó que el objetivo de la comunidad internacional sigue siendo una "solución exhaustiva, negociada y a largo plazo" del contencioso nuclear iraní, que comenzó en 2003.
La nueva ronda de negociaciones con Teherán, que se celebrará probablemente en Estambul, se produce en medio de los incesantes debates en Israel y EEUU sobre un posible ataque aéreo israelí contra las instalaciones nucleares de Irán.
La última ronda de conversaciones multilaterales, celebrada hace un año en Turquía, fracasó rotundamente.
Occidente, con EEUU e Israel a la cabeza, teme que bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil Irán quiera hacerse con armas nucleares, algo que Teherán niega.
Según el último informe del OIEA sobre el programa nuclear iraní, los técnicos de ese país han triplicado su capacidad de producción de uranio enriquecido hasta una pureza del 20 %.
Aprender el proceso de enriquecimiento de cero al 20 % es más difícil que luego elevar ese umbral al 90 %, el nivel necesario para un arma nuclear, aseguran expertos en la materia.
En ese sentido, el representante de EEUU ante la Junta, Robert Wood, destacó hoy ante la prensa en Viena que el informe del OIEA es "muy alarmante" y acusó a Teherán de ser "intransigente".
Además, aseguró que Irán está haciendo "trabajos de limpieza" de la radiación en Parchin, lo que calificó como "muy preocupante" y como posible razón por la que no se permita el acceso del OIEA.
En declaraciones a la prensa, el embajador iraní ante la agencia nuclear de la ONU, Ali Asghar Soltanieh, respondió que estas acusaciones son "una historia infantil y ridícula".
"Irán no desea armas nucleares. Y las sanciones (internacionales) no están teniendo ningún efecto sobre nuestras actividades nucleares. Nunca vamos a renunciar a ellas", manifestó Soltanieh.
En todo caso, el diplomático destacó que Irán seguirá cooperando con el OIEA, pese a la falta de entendimiento en las recientes reuniones, al tiempo que volverá a hablar con los países del 5+1.
Por su parte, el director general del OIEA, Yukiya Amano, acusó hoy a Irán de restringir el trabajo de los inspectores.
"Creo que debemos enfrentar estos asuntos de forma estructurada, basándonos en las prácticas de verificación del OIEA. Si (Irán) nos pone limitaciones, no podemos hacer nuestro trabajo", dijo en una rueda de prensa tras el final de la reunión de la Junta.
Se refería así a las repetidas negativas de Teherán de conceder acceso a Parchin, que los inspectores reclaman desde hace meses.
Amano agregó que es "impensable" que el OIEA hubiera accedido a posponer esta visita hasta después de esta reunión de la Junta de Gobernadores del organismo, como insinuó Irán esta semana.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha dictado desde el año 2006 cuatro rondas de sanciones diplomáticas, comerciales y nucleares contra Irán, mientras que la Unión Europea dejará de importar petróleo iraní a partir del verano.
El órgano máximo de la ONU exige, entre otros asuntos, que la República Islámica suspenda su programa de enriquecimiento de uranio, un material de posible doble uso, civil y militar.
Israel, el principal enemigo de Irán en Oriente Medio, se siente amenazado por este programa y asegura que está dispuesto a lanzar un ataque preventivo para evitar que la República Islámica se haga con armas atómicas.