Él no las habría encarcelado.
El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, insistió ayer en pedir la liberación de las dos integrantes del grupo punk Pussy Riot que fueron condenadas a dos años de cárcel por su plegaria punk en la principal catedral ortodoxa del país.
"Si yo fuera el juez no las habría enviado a prisión. Simplemente yo no pienso que sea acertado que como castigo sean privadas de su libertad", dijo Medvédev, citado por las agencias de aquel país.