Los primeros pasos del gobierno de Enrique Peña Nieto, hacen suponer un estilo de concertación coercitiva y de talante autoritario, cuyos resultados es difícil prever.
El acuerdo de voluntades es fundamental en la construcción de la gobernabilidad y de hecho, las dificultades por las que atraviesa nuestra frágil democracia son consecuencia de la falta de acuerdos, por lo que resulte plausible que el nuevo gobierno haga el intento al respecto, aunque su estrategia de negociación no sólo dura sino de abierta confrontación, es de pronóstico reservado.
En la integración de su gabinete, Peña Nieto incurre en dos extremos: La excesiva concentración de los nombramientos en personajes de su círculo íntimo vinculados al grupo Atlacomulco, que dejan sin representación en el primer nivel de la administración peñista a la inmensa mayoría de las entidades federativas, y la designación de dos personajes cuya inclusión es de resultados impredecibles.
El primero de ellos es el Secretario de Educación Emilio Chuayffet, que se advierte como una amenaza en contra de Elba Esther Gordillo. Si bien la maestra no es la reina de la simpatía y existe una demanda de los ciudadanos en el sentido de que en esta materia se ponga orden a la relación gobierno-sindicato, lo cierto es que la designación de un enemigo personal de lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, para realizar la tarea referida, resulta desconcertante.
Es pertinente recordar que en los años de Vicente Fox, cuando Elba Esther Gordillo colisionó con Roberto Madrazo, además dirigente sindical la profesora era Secretaria Nacional del PRI y cabeza de la bancada priista en la Cámara de Diputados, y Chuayffet fue el encargado de confrontarla, destituirla y sustituirla en San Lázaro. El darle a un saneamiento que es necesario, visos de venganza emocional y política, genera un mal augurio.
Es posible que Peña Nieto quite a la maestra de un manotazo como hizo Salinas de Gortari con el líder petrolero Joaquín Hernández Galicia "La Quina", pero Salinas al menos tenía a la mano un relevo en Carlos Romero Deschamps que de tiempo atrás alentaba la disidencia y en el caso del SNTE los enemigos de la Gordillo, tienden a la izquierda radical.
Es impensable que eliminada Elba Esther, de repente los maestros acepten las pruebas de evaluación y las consencuencias de sus resultados, los aviadores se pongan a trabajar y desparezcan los vicios ancestrales del sindicato que son inherentes al priismo histórico. En cambio una fractura fuera de control al interior del SNTE puede llevar a la fragmentación de la estructura sindical y a que el mal ejemplo de los extremistas de la Sección 22 del sindicato de maestros cunda en otras secciones, lo que agravaría la complicada relación gobierno-sindicato.
El segundo caso es el de Rosario Robles cuya designación en la Secretaría de Desarrollo Social, además de ser una bofetada en el rostro de la ciudadanía, por sus antecedentes en el escandaloso affaire con Carlos Ahumada cuando fue Jefa de Gobierno del Distrito Federal, constituye una afrenta en contra de un importante sector de la izquierda, que expulsó a Rosario del PRD precisamente en virtud del evento referido.
Es incuestionable el derecho que asiste a todas las fuerzas políticas en cuanto a gestionar apoyos gubernamentales a través de Sedesol para su propia clientela, de manera que el colocar en esa posición a una persona con los antecedentes mencionados, pone las refrescantes tunas de los programas sociales, en manos de un espinoso nopal.
Resultan en cambio pertinentes las inclusiones de Mondragón y Meade dentro del gabinete, porque dados sus antecedentes, el primero ofrece una posibilidad de mejoramiento del desempeño policiaco. En el caso de José Antonio Meade, que pasa de ser Secretario de Hacienda en el equipo de Felipe Calderón, a Secretario de Relaciones Exteriores en el gabinete de Peña Nieto, cabe considerar que en el mundo de la economía global en el que las relaciones diplomáticas de los estados soberanos, la importancia de los temas financieros y comerciales prevalece sobre los de contenido político, resulta saludable dar un mensaje de continuidad de disciplina presupuestaria, en el ámbito internacional.
Es indispensable referirnos a la inclusión en el gabinete de Enrique Martínez y Martínez como Secretario de Agricultura y asuntos conexos, que deviene positiva para los coahuilenses en la medida en que genera un nuevo polo de poder en la entidad que dicho personaje gobernó hasta el año dos mil cinco, que resulta saludable para salir del nefasto moreirato.
