Los reyes de España encabezaron el desfile militar por el Día Nacional de la Hispanidad, el más austero en su presupuesto, que contó con una menor presencia de elementos de las diferentes ramas del ejército, sin vehículos pesados y de menor duración.
La parada militar por la fiesta nacional fue la primera del gobierno de Mariano Rajoy, y participaron dos mil 600 efectivos, 500 menos que el año pasado y costó 900 mil euros (un millón 150 mil dólares) frente a los dos millones 800 mil euros (unos tres millones 600 mil dólares) del 2011.
El evento organizado por el Ministerio de Defensa, se realizó en la Plaza Cánovas del Castillo de esta capital, por lo que el desfile se realizó por Paseo del Prado desde la ronda de Atocha hasta la fuente de Cibeles.
Junto a los reyes estuvieron los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia; la infanta Elena fue situada en la grada de invitados junto a los portavoces parlamentarios, y este año no asistieron la infanta Cristina y su esposo Iñaki Urdangarin.
Los actos comenzaron con un homenaje a la bandera, la que en años anteriores llegaba desde el aire mediante el salto de un paracaidista, ahora se eliminó ese elemento, lo que también contrastó en la presente edición.
Después se rindió un homenaje a los caídos en el último año en misiones de los Ejércitos de España en el exterior o en sus actividades en el país.
El desfile contó la participación de contingentes de los tres Ejércitos, de la Guardia Civil, y la Guardia Real, esta vez sin carros de combate, y solo con 50 vehículos ligeros, la mayoría de la Guardia motorizada que además escoltó la salida de los reyes.
A diferencia de ediciones anteriores, el desfile duró poco menos de media hora y sólo se prolongó en los saludos de los reyes a los altos mandos militares y a los representantes del gobierno y altas instituciones del Estado.
El desfile se desarrolló sin incidentes y tampoco hubo abucheos, como en los anteriores siete años cuando se silbaba al anterior presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.