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Programa Sectorial, Especial y Transversal

Ciudad posible

ONÉSIMO FLORES DEWEY

El abuso del lenguaje y de las formas burocráticas parece parte indispensable de la "nueva forma de gobernar" del Gobierno de Coahuila. Quizá sus estrategas no ven alternativa. Las palabras y los ritos que hoy distinguen el ejercicio del poder público en el Estado son efectivos instrumentos para esconder omisiones de sustancia.

Según la Ley, el Plan Estatal de Desarrollo (PED) es el documento donde "se identifican las prioridades, se presentan los objetivos y se integran las estrategias y líneas de acción que la administración pública estatal llevará a cabo". A manera de comparación, los gobernadores de Puebla, Tamaulipas y Sinaloa tardaron sólo 100 días en preparar y presentar sus respectivos PED. En contraste, el Gobierno de Rubén Moreira demoró seis meses. Esto no tendría por qué merecer crítica alguna, pero lo cierto es que el Plan presentado sólo cumplió la formalidad para ganar tiempo. En su página 136, el propio PED aclara que las líneas de acción "específicas" serán establecidas "con precisión" sólo cuando sean presentados "los Programas Sectoriales y Especiales".

Resulta que los famosos "Programas Sectoriales y Especiales" no fueron presentados sino hasta la semana pasada, 10 meses después del arranque del Gobierno. Para celebrar la ocasión, el Gobierno organizó un evento formal. La mampara que adornaba el recinto presumía, apropiadamente, "Coahuila, una nueva forma de gobernar". Una alternativa viene a la mente: "Coahuila, casi un año pensando qué hacer".

La planeación es indispensable para el buen ejercicio de cualquier Gobierno. Mal harían nuestros gobernantes en escatimar tiempo y recursos de esta importante actividad. Sin embargo, el proceso seguido en Coahuila parece más bien una pantalla diseñada para reducir el contenido y limitar la contundencia de las promesas de campaña.

Digo que la agenda del Gobierno pierde contenido, porque el tiempo corre y persisten muchas "líneas de acción" que no han sido "especificadas" con "precisión". Por ejemplo, no aparece por ningún lado el "Programa Sectorial de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial", a pesar de que está mencionado en el Plan Estatal de Desarrollo. ¿Dónde está? Ni el gobernador lo mencionó en el evento de la semana pasada, ni está disponible en línea, junto a los demás. Igualmente, hay 6 "Programas Especiales" mencionados en el PED, que aún no han sido presentados al público, entre ellos el de Transporte. ¿Cuándo conoceremos su contenido? ¿Existen o fueron simplemente cancelados?

Estas omisiones no son menores. El entonces candidato a gobernador firmó ante notario su compromiso de "impulsar un proyecto de Metrobús" en Saltillo y en Torreón. El PED recoge este compromiso, catalogándolo incluso como un "proyecto estratégico". Sin embargo, sólo les dedica un renglón de todo el documento. Ya pasó casi un año de la administración, y ningún funcionario estatal ha dicho ni cuándo, ni dónde, ni cómo se financiarán, ni en qué consisten, ni cómo serán evaluados estos Metrobuses. ¿Siguen vivos estos compromisos? ¿Por qué entonces el alcalde de Saltillo enfrenta solo el reto modernizar el transporte público de la capital? Quizá no es más que una nueva forma de gobernar.

Igualmente, el largo proceso de planeación ha servido como excusa para posponer y descafeinar promesas hechas ante el electorado. En campaña, el gobernador prometió "una nueva dimensión en la rendición de cuentas", y ofreció transparentar las reglas de operación y los padrones de los beneficiarios de los programas sociales. Tras casi un año de Gobierno, esto sencillamente no ha ocurrido.

Uno pensaría que el Programa Especial de Transparencia, publicado la semana pasada, detallaría una ambiciosa estrategia para colocar al Estado a la vanguardia en la materia. Finalmente, sólo el diseño de algo mayor podría justificar la demora. Lamentablemente no es así. El Plan está plagado de lugares comunes, con líneas de acción tales como "atender las solicitudes que se realicen en el ejercicio del derecho de acceso", "instrumentar el buen control de las declaraciones patrimoniales presentadas por los servidores públicos obligados" y "actualizar y monitorear la información pública mínima de las 67 dependencias y organismos del Poder Ejecutivo".

¿De qué tamaño es el compromiso de este Gobierno con la transparencia? Del mismo tamaño que las metas que fijó pare evaluar su propio "Programa Especial". Revíselas y ría, puede descargarlo en versión pdf en esta liga, http://bit.ly/QU6ngH.

Le adelanto lo siguiente: Esperamos 10 meses para un Programa Especial de Transparencia de 20 cuartillas cuyas metas más ambiciosas están por debajo de lo que exige la Ley.

Hacernos patos. Ese es el verdadero Programa Sectorial, Especial y Transversal.

Twitter: @oneflores

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