Es considerada una de las mejores ceremonias de inicio de la justa veraniega, pues en ella se dio muestra del gran avance de tecnología e innovación, convirtiéndose además en el evento más costoso de la historia olímpica. Tras recorrer el Estadio Nacional de Pekín de la mano de varios atletas, finalmente el ex gimnasta Li Ning fue elevado hasta lo más alto del estadio, donde simuló correr sobre la pantalla para después encender una mecha que recorrió el pebetero en forma de papiro y así dar por inaugurada la justa olímpica.
Una ciudad cosmopolita que no necesita presentación pero que tiene la tarea de levantar el ánimo nacional y mundial en medio de una dolorosa recesión económica inaugura los Juegos Olímpicos de 2012 con una ceremonia que se avizora espectacular.
Pese a las expectativas de una fiesta maravillosa, Londres tiene un desafío mayor: que la ceremonia de este día sea tan memorable como la realizada hace cuatro años en un Beijing dispuesto al derroche, y en un mundo que tenía entonces menos preocupaciones económicas y que quedó asombrado.
La capital británica se distinguirá. Como ha ocurrido a lo largo de siglos, hará algo distinto.
En Beijing, la inauguración incluyó a 2.008 personas que tocaron los tambores, en referencia al año en que se realizaron aquellos juegos. Destacó también el encargado de encender el pebetero, quien pareció flotar por encima del estadio conocido como el Nido de Pájaro.
Londres exhibirá 70 ovejas, 12 caballos, 10 pollos y nueve gansos —seleccionados por el cineasta galardonado con el Oscar, Danny Boyle, además de la friolera de 10, 000 personas, entre actores, bailarines y trabajadores, para desplegar una visión dinámica, humorística y vibrante de lo que se considera típicamente británico, así como de la historia y futuro del país, frente a un público que seguramente llegará a 1, 000 millones de televidentes.
La capital británica no es la misma ciudad de hace siete años, cuando le fue otorgada la sede de los Juegos. Su serenidad y confianza han quedado estremecidas por los disturbios del año pasado y por los atentados terroristas que mataron a 56 personas apenas un día después de que su candidatura olímpica resultó triunfadora sobre la de París, en 2005.
En Londres, los Juegos Olímpicos encuentran una metrópolis extensa y de inmenso valor histórico, que vive y respira el deporte, y que tiene quizás una población más globalizada y diversa que cualquier otra ciudad del planeta, pero que aún goza y necesita la atención que generan los Juegos para garantizar su futuro como una de las capitales mundiales.
Para reflejar el significado de Gran Bretaña, incluso con algunos de sus defectos, Boyle ha recurrido a todo: desde William Shakespeare hasta la cultura pop, la literatura, la música y las fuentes de inspiración que no sólo seducirán a los “anglófilos”, sino a la gente de cualquier país. Un segmento involucra al actor Daniel Craig como James Bond, mientras que el ex Beatle Paul McCartney cantará e invitará al público a que se le una con su voz.
El espectáculo “Islas de Maravilla”, de Boyle, celebrará las tierras verdes y apacibles de pastizales, granjas, cabañas, juegos de cricket y cantos de aves. Pero también reflejará el pasado industrial del país, más oscuro.
Este enfoque no constituye una sorpresa en un cineasta que ha mostrado la imagen de los adictos escoceses a la heroína en “Trainspotting” o de los indios pobres en “Slumdog Millionaire”.
Además de los miles de atletas y participantes en el espectáculo, unos 60, 000 espectadores llenarán el Estadio Olímpico.
Líderes políticos de todo el mundo, la realeza europea y numerosas celebridades estarán ahí.
Top de las inauguraciones
El encendido del pebetero marca el inicio de la lucha de miles de atletas de todo el mundo que buscan vestirse de gloria y subir al podio olímpico. A un día de la inauguración de Londres 2012, te presentamos las que se consideran las cinco mejores ceremonias de la historia.
Barcelona 1992
Los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 se ganaron el corazón del mundo entero por lo emotiva que resultó su apertura en la que además se utilizó un truco. Y es que el arquero Antonio Rebollo lanzó desde el césped del Estadio Olímpico de Montjuic una flecha con el fuego olímpico para así encender el pebetero. Sin embargo, lo que casi nadie supo fue que en realidad la flecha nunca entró al pebetero, sino que pasó por encima de él, siendo parte de un efecto visual.
México 1968
La edición de los Juegos Olímpicos de México 68 pasó a la historia al ser Enriqueta Basilio la primera mujer en encender la llama olímpica, un acontecimiento que marcó el rumbo de la inclusión femenina en dicha ceremonia que en esa ocasión tuvo lugar en el Estadio Olímpico Universitario.
Atlanta 1996
Estados Unidos se convirtió en el centro de atención del mundo entero y la ceremonia de inauguración resultó excepcional, sobre todo porque el encargado de encender el pebetero olímpico fue el mítico boxeador Muhammad Ali, considerado el mejor de todos los tiempos y quien fue medallista de oro en Roma 1960. En esta edición olímpica participaron poco más de 10 mil atletas de 197 países, siendo el anfitrión el gran vencedor del medallero con un total de 101 preseas.
Sydney 2000
El derroche de elegancia y espectacularidad situó a la capital australiana como eje central de una inauguración, que sin duda alguna se quedó en el recuerdo de todos los que formaron parte de ella. La encargada de marcar el comienzo de los Juegos fue Cathy Freeman, en una ceremonia en la que la llama olímpica se encendió sobre el agua formando un aro y levantándose por todo lo alto hasta llegar al pebetero.
Beijing 2008
Es considerada una de las mejores ceremonias de inicio de la justa veraniega, pues en ella se dio muestra del gran avance de tecnología e innovación, convirtiéndose además en el evento más costoso de la historia olímpica. Tras recorrer el Estadio Nacional de Pekín de la mano de varios atletas, finalmente el ex gimnasta Li Ning fue elevado hasta lo más alto del estadio, donde simuló correr sobre la pantalla para después encender una mecha que recorrió el pebetero en forma de papiro y así dar por inaugurada la justa olímpica.