Activistas de Greenpeace invadieron hoy la principal feria del automóvil de Bélgica para protestar contra la automotriz Volkswagen a la que acusan de presionar a la Unión Europea (UE) para que sea más flexible en materia de contaminación.
Los manifestantes, disfrazados de oso polar, denunciaron que la automotriz alemana presiona a la UE para evitar una normativa de reducción de emisiones más ambiciosa para el sector automotriz.
Colgando de cuerdas atadas al techo del salón, donde se realiza la Brussels Motor Show, los osos polares de la organización ambientalista exhibieron pancartas en las que se leía 'Volkswagen, deja de destruir el Artico'.
Para Greenpeace, el lobby ejercido en Bruselas por Volkswagen, el mayor fabricante de autos de Europa y el segundo del mundo, contribuye a 'motivar la explotación de petróleo en ecosistemas sensibles, como el Artico, donde un vertido tendría un impacto devastador'.
Además, de tener éxito, 'podría paralizar el creciente mercado de autos ecológicos y dejar a los motoristas sin opción' frente a los vehículos movidos por combustibles contaminantes, argumentó la organización en un comunicado.
La Comisión Europea prevé presentar este año una nueva normativa que podría obligar a los fabricantes reducir las emisiones medias de los vehículos nuevos a menos de 95 gramos de dióxido de carbono (CO2) por kilómetro de cara a 2020, frente a los 130 gramos hasta 2015.
'Volkswagen está liderando la oposición a esta normativa que corre el riesgo de ser aprobada con alguna trampa legal que evite alcanzar este objetivo de emisiones', afirmó Greenpeace.
La organización pide que la meta europea de reducción sea aún más severa, de 80 gramos en 2020 y de 60 gramos en 2025.