Reviven. El ejido de Navacoyán contiene tres inmuebles históricos parte del Camino Real de Tierra Adentro: la hacienda, el templo de Santa Teresa y el puente del Diablo; estos sitios serán visitados a través de recorridos y talleres.
ARCHIVO/ El Siglo de Durango
Con miras a convertir a Navacoyán en pueblo mágico, el Instituto Municipal del Arte y la Cultura (IMAC) desarrolla actividades durante los fines de semana que son talleres de artesanía y gastronomía y recorridos por el lugar, dio a conocer la dependencia.
La declaración del Camino Real de Tierra Adentro como patrimonio mundial en la parte que le corresponde a Durango recae en la hacienda de Navacoyán, su templo con arte barroco del siglo XVI y el puente del Diablo, ya que funcionaba como una aduana de donde partía el oro, la plata y otros metales al Sur del país y al Norte se trasladaban las telas, perlas y todo lo que llegaba de España.
El IMAC busca atraer turismo local y foráneo, impulsar el consumo en la región, el conocimiento de su historia y las leyenda y las visitas a los balnearios cercanos.
En recientes días se llevó a un grupo de participantes de la Bienal de Arquitectura formado por arquitectos del país, Bogotá, Perú y Alemania y alcaldes.
HISTORIA
La hacienda de Navacoyán es el edificio más representativo del movimiento de Independencia ya que su construcción concluyó el cuatro de octubre de 1810, como se inscribió en la piedra del exterior del inmueble; fue restaurada, junto con el templo de Santa Teresa y el Puente del Diablo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La ex hacienda está ubicada en la ribera del río Tunal; alberga la antigua casona de Navacoyán y la capilla barroca de mediados del siglo XVIII.
Es conocida por la leyenda del Puente del Diablo, la cual narra que éste ayudó a la construcción. La estructura tiene doble arco, es de los más antiguos del país y referente de la ingeniería civil colonial.
En un recorrido de este rotativo al Navacoyán se explicó que la hacienda de San Diego de Navacoyán era considerada como la puerta de entrada a Durango del Camino Real de Tierra Adentro; era el paso obligado a la capital de la Nueva Vizcaya. En el edificio se abrió el Museo del Camino Real de Tierra Adentro, formado por cuatro salas donde se exhibirán fotografías y textos de la época.
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