Columna del Seminario Diocesano
El 2 de julio continúa la tarea
La democracia será siempre un proceso en construcción, al votar el 1 de julio sólo daremos un paso.
Lo más conveniente en todo proceso de construcción es siempre voltear a ver la meta más alta y medir los resultados con los estándares de excelencia más altos posibles, esto garantiza, al menos, que se avance con respecto a una meta que permita superar la situación actual, si es que se quiere crecer.
En el tema de los procesos de construcción democrática sucede igual, siempre se estará en desarrollo nunca será un lugar al que se llega, comprendiendo esta realidad dinámica es preciso que cada ciudadano elija el parámetro con el que desee medir el avance en democracia, que elija si quiere evaluar con respecto a lo que se ha logrado hasta ahora o, si lo prefiere, tomar como referencia el mayor grado de excelencia democrática posible. Yo opto por buscar siempre la meta más alta, ¿Usted?
Lo que como sociedad hemos logrado hasta ahora es muy importante, la última reforma a la ley electoral nos arrojará como resultado que la jornada cívica del día de mañana será una de las más observadas y seguras que existen en el mundo. El IFE como institución es un órgano que muchos países de América Latina no pueden ni soñar. En México podríamos afirmar: "El voto en sí mismo está garantizado y vigilado" y eso no es poca cosa.
Pero en los términos de seguir caminando hacia la excelencia tenemos muchas tareas por hacer. Una fundamental es la de garantizar la igualdad de los ciudadanos que participan en democracia, ésta es una condición fundamental para este ejercicio, que todos los ciudadanos tengan las mismas condiciones de desarrollo integral en todos los ámbitos, ¿Cómo hablar de proceso democrático en un país en el que la mitad de sus ciudadanos viven empobrecidos? ¿Cómo garantizar la construcción democrática cuando la situación de violencia nos deja claro que no hemos trabajado por asegurar las garantías individuales para todos los ciudadanos?
La agenda de discriminación es enorme en este país, y en eso participamos todos, aspiramos a una sociedad que en el plano de las ideas no queremos, nadie medianamente consiente desea que en su sociedad se discrimine a alguien de su familia, pero al mismo tiempo buscamos o al menos aspiramos estar en la fila VIP. La pequeñez del grupo selecto de los no-pobres y no-vulnerables es la deuda de la democracia, la deuda de los ciudadanos para con los mismos ciudadanos.
El 2012 es un año de distribución formal del poder por eso la actuación del ciudadano es vital. Y no la podemos reducir al ejercicio libre del voto, continuar el proceso hacia una excelencia democrática no depende del que resulte favorecido de los resultados del 1 de julio, sino de cada uno de los ciudadanos. Por eso el día 2 de julio necesitamos volver a optar, optar nuevamente por nosotros mismos y nuestra condición de ciudadanos y todo lo que ello implica, optar nuevamente por nuestra sociedad y su proceso de construcción democrática. Optar por caminar hacia la excelencia democrática.
Twitter: @SeminarioTRC
Por: Víctor Miguel Olague