No más izquierdas ni derechas
Ninguna de estas formas de concebir una forma de gobierno ha sido garante de los valores de la democracia.
En los procesos de las sociedades en los que se ha buscado un camino de democracia representativa para servir a los intereses de cada uno de los sujetos que componen, sustentan y sostienen económicamente a estas formas de gobierno, no se han satisfecho, ni en la teoría ni en la práctica, los beneficios prometidos por esta forma idealizada de construir una sociedad.
El sistema económico capitalista de libre mercado, que es una de las expresiones más representativas de los gobiernos de derecha, ha ido en los últimos años de crisis en crisis, ni el poderío de las naciones europeas, ni la súper industria norteamericana han podido salvaguardar el estatus económico de la clase empresarial ni de la clase obrera. De desaceleración a desempleo, de descapitalización a despojo de bienes, esto en cuanto al dinero.
En cuanto a la democracia y la representatividad de la sociedad en los individuos privilegiados que ostentan el ejercicio del poder también hay muchas crisis que señalar. Los procesos electorales de EUA, que se enarbolan a sí mismos como los comicios modelos de la democracia, se han visto vulnerados y exhibidos por grandes fallas sistemáticas; el expresidente George W. Bush alcanzó la mayoría de votos, en la oportunidad democrática de reelección, a causa de los votos conseguidos por el estado que en ese momento era gobernado por su hermano; a más de un mes el actual presidente está declarado por la opinión pública prácticamente como candidato único, el resultado de las próximas elecciones en ese país es muy predecible.
Hablar del fracaso de los gobiernos socialistas, que por su naturaleza podemos agruparlos en gobiernos de izquierda, suena como a una redundancia histórica, ya que todos hemos visto sus defectos; basta con evocar la falta de libertades y garantías individuales de Cuba y Venezuela, por mostrar un botón.
Nosotros tenemos lo nuestro: el PRI que viene (de regreso); como sociedad pasamos de la "dictadura perfecta" a la "simulación de transición perfecta". El PAN que se va, un partido que como oposición construyó y dio valor a nuestro proceso democrático, pero que después de dos períodos de gobierno sale casi por la puerta de atrás, convertido en la tercera fuerza política del país.
El PRD que parece aferrado a repetir su historia: AMLO y Cuauhtémoc Cárdenas han repetido el mismo patrón, erigirse como figura mesiánica, despilfarrar el capital político-social construido, romper con su institución de origen, crear un partido a modo que les permita seguir en la búsqueda del poder y viviendo, en más de un sentido, del poder público.
No somos la base del sistema político que nos gobierna, somos los que la pagamos y sostenemos dicho sistema, hay que levantar la mirada de la historia y hacerla avanzar, no siempre existieron estos sistemas de ejercer el poder y no tenemos que estar condenados a vivir siempre de esta manera, necesitamos reflexionar y proponer nuevos sistemas de gobierno; impensable volver a las monarquías o cualquier forma de figuras absolutas, pero por qué quedarnos estancados en este momento de la historia que no favorece a la mayoría.
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