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PÚBLICO Y PROPIO

Jhonatan Arellano

Columna del Seminario Diocesano

A Dios rogando y con el mazo dando.

A causa de la violencia que vivimos en la Comarca Lagunera, es común escuchar pláticas entre personas que con la oración se termina la violencia; hoy puedo decir no lo es todo. Como sociedad debemos de comprometernos a vivir con responsabilidad, libertad nuestra vida, donde tomemos → el toro por los cuernos'. Ya basta del miedo que corrompe a la sociedad, es momento de decir ¡ya basta! Hay que dejar la sociedad anestesiada por esta serie de sucesos que nos tiene sometidos en la esclavitud, que no dejan vivir en la auténtica verdad y libertad que como ser humanos nos compete experimentar. Es momento del compromiso social, no sólo de ver la realidad, sino de actuar desde nuestra propia forma de ser; no dejemos la responsabilidad a un ser Supremo. Tengamos el valor de la responsabilidad y analicemos nuestra vida y reflexionemos ¿qué tanto con mis actitudes alimento o provoco la violencia? Al realizar esta reflexión personal nos podemos dar cuenta de que en discusiones verbales, conflictos, golpes, mentiras, corrupción estamos generando violencia, gracias a la influencia de otros patrones de conducta, en especial la televisión, ya sea en las caricaturas, las novelas, los noticieros, tal pareciera que sólo son trasmisores de violencia, creando una cultura violenta, no seamos una sociedad teledirigida, es momento de despertar y trabajar por ser mejor, por buscar la verdad todos somos responsables de la paz, pero no perdamos de vista que hay quienes tienen mayor responsabilidad en esta situación. Si la humanidad fue capaz de crear la violencia, la humanidad tiene la capacidad de crear la paz partiendo de nuestras experiencias, familia, grupos sociales etc. Tengamos apertura, a la corrección fraterna, tengamos más criterios objetivos, puesto que el ser humano está capacitado para eso y mucho más. Pongamos nuestro 'granito de arena' para formar una sociedad íntegra, puesto que cada persona es valiosa. Si ustedes han visto el programa de televisión La Rosa de Guadalupe, que todo lo resuelve el viento, yo les digo no esperemos el viento y actuemos; es preciso mencionar que la oración nos debería despertar al compromiso personal-social de ver a la otra persona con derecho y dignidad que tanta falta hace, se puede caer en el riesgo y decir: hagamos oración para que finalice la violencia, pero no miremos la oración de manera mágica, sino como motivación o impulso al compromiso. "Ora et Labora" ora y trabaja. Ánimo.

@SeminarioTRC

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