LONDRES.- Mucha gente que vio el debate entre los candidatos del domingo 6 de mayo afirma que el ganador fue Gabriel Quadri. Ciertamente parece ser el candidato con las propuestas más concretas e inteligentes. La gran duda es si un voto por Quadri se convierte en automático en un voto por la maestra Elba Esther Gordillo y su Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, patrocinadores del partido Nueva Alianza que ha postulado a Quadri.
La ley sugiere que no es así necesariamente. Tanto el artículo 54 de la Constitución como el 12 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) señalan que la votación que se tomará en cuenta para la elección de los diputados y los senadores plurinominales será la que se emita para las listas regionales de las circunscripciones nominales. En otras palabras, los votos para presidente de la república no le darán ni mayor ni menor presencia a Nueva Alianza en el Congreso de la Unión.
De hecho, esto queda tan claro que el propio yerno de Elba Esther, Fernando González, candidato de Nueva Alianza al Senado, exsubsecretario de Educación y uno de los operadores políticos de la maestra, ha dicho que él votará por Nueva Alianza para el Congreso, pero no para presidente. En lugar de sufragar por Quadri para este cargo, él mismo ha reconocido que lo hará por el priista Enrique Peña Nieto.
Nueva Alianza postuló a Quadri después de haber ofrecido la candidatura a otros porque necesitaba a un abanderado en la contienda por la presidencia, pero no porque los votos que se sufraguen por él vayan a ayudar en su verdadero propósito de conseguir una posición de fuerza en el Congreso. De hecho, no es ésta la primera vez que Nueva Alianza actúa de esta manera. En 2006 postuló a Roberto Campa como candidato a la presidencia, pero lo abandonó a media campaña para respaldar a Felipe Calderón, quien devolvió el favor dándole varias posiciones políticas en el gobierno a la maestra, entre ellas la de Fernando González como subsecretario de Educación. Por eso el Panal tuvo muchos más votos para el Congreso que para presidente.
Parece virtualmente imposible, por supuesto, que Quadri remonte la ventaja enorme que le sacan los principales contendientes a la presidencia. Pero esto no ha importado en el pasado a quienes votaron por Cecilia Soto, Gilberto Rincón Gallardo o Patricia Mercado por considerar que eran los mejores candidatos pese a no ser postulados por partidos grandes. Sólo en el caso de Quadri la intención se ha visto detenida por la visión de que un voto por él representa en realidad un voto por la maestra. Pero me parece que el temor es infundado.
Los simpatizantes de Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador ofrecen, claro está, otro punto de vista. Para ellos un voto por Quadri es un voto por Enrique Peña Nieto. Y, efectivamente, como Quadri no parece estar en posición de ganar, los sufragios que obtenga se traducen en una ventaja para el puntero. Los simpatizantes de López Obrador están particularmente furiosos con Quadri por los cuestionamientos que éste le hizo en el debate sobre las inversiones privadas en Pemex y sobre el subsidio a los combustibles.
Al final, como Quadri no ganará y los sufragios que se emitan por él no ayudarán a Nueva Alianza, no hay que temer que un voto por él sea usufructuado por la maestra. Cada quien está jugando su juego. La presidenta del SNTE quiere obtener tantas curules como sea posible porque éstos son poder. Quadri busca un escenario nacional para promover las ideas que ha defendido toda su vida.
¿Y LOS GASTOS, APÁ?
Un video muestra que la campaña de Enrique Peña Nieto montó un operativo para twittear reacciones positivas durante el debate del 6 de mayo. Estrictamente hablando, no hay en ello nada de ilegal. La pregunta, sin embargo, es si los gastos están incluidos en los reportes de campaña que el PRI debe someter al IFE.
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