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'Quiero hacer una escuela para enseñarles un oficio a los jóvenes'

Sueño. Raymundo Dovalí Jaime sueña con crear una Escuela de Peluqueros para ayudar a los jóvenes a tener un oficio que les permita ganarse la vida decentemente, y para lograrlo pide la ayuda de la ciudadanía.

Sueño. Raymundo Dovalí Jaime sueña con crear una Escuela de Peluqueros para ayudar a los jóvenes a tener un oficio que les permita ganarse la vida decentemente, y para lograrlo pide la ayuda de la ciudadanía.

CRISTAL BARRIENTOS

A través de su oficio de peluquero, Raymundo siempre trata de ayudar a las personas. Desde hace casi 30 años va a la Casa del Anciano Doctor Samuel Silva a cortar el pelo, y también solía acudir a un albergue para niños y al reclusorio de Torreón.

Raymundo Dovalí Jaime pertenece a una familia de peluqueros, quienes en otras épocas también eran dentistas porque sacaban muelas. Por eso afuera de estos negocios hay un caramelo de tres colores: el rojo es sangre, el blanco es limpieza, y el azul es la vena aorta.

"Los peluqueros de antes eran dentistas y eso mucha gente no lo sabe. En estos sillones donde cortan el pelo también sacaban muelas".

 OFICIO

Raymundo comenzó a los 12 años a trabajar como chícharo, es decir, haciendo los mandados en la peluquería de su papá, y boleándole los zapatos a los clientes que iban a cortarse el pelo, a cambio recibía una propina.

"Mi papá me enseñó a cortar el pelo con los niños de un albergue, y usaba las máquinas de mano y las navajas libres, ahora ya nadie las utiliza".

Ahora tiene 66 años de edad y Raymundo dedica su tiempo libre a cortarles el pelo a las personas de la Casa del Anciano Doctor Samuel Silva. Antes también acudía a un albergue e incluso al Centro de Readaptación Social.

 'LOS OLVIDADOS'

"fui monaguillo de la Iglesia del Carmen y ahí me nació hacer el bien a los viejitos, a quienes siempre he llamado los olvidos porque están olvidados de los ricos y más olvidados de los pobres".

Por eso siempre les dedica un poco de tiempo porque asegura que no le quita nada cortarles el cabello pero sí recibe muchas satisfacciones a cambio.

"Voy a dar mi tiempo a quien lo necesite. En la Casa del Anciano hay tres sillones para cortar el pelo y yo los conseguí a base de donativos de personas ricas en 1960".

Gracias a Raymundo en la Casa del Anciano hay una pequeña peluquería con tres sillones, tres espejos y una cocina integral.

Sin embargo, comparte que las madres de la Casa del Anciano 'lo castigaron' durante seis meses por llevar a la peluquería café, azúcar y cigarros. En este tiempo, Raymundo no podrá cortarles el pelo.

"El castigo es con justa razón porque muchos no pueden tomar café ni azúcar y menos fumar, porque les acarrea problemas de salud. Tengo como más de 27 años acudiendo a la Casa del Anciano, y sé que cometí un error pero la verdad es que se me ablanda el corazón y a veces ellos piden cosas".

Raymundo espera que pronto pase la sanción y promete no volver a ingresar nada a la Casa del Anciano, sin el permiso de las religiosas. "La próxima semana ya se termina mi castigo y estaré en funciones de nuevo, pero ya con la cartilla leída y con justa razón".

Asegura que su falta no pasó a mayores, "y la verdad es que si no me castigan yo hubiera seguido dándoles café, azúcar y cigarros, pero no lo hice de mala intención".

Las personas de la Casa del Anciano disfrutan mucho las visitas de Raymundo porque les canta, "tengo la voz muy fuerte y cuando me escuchan van a verme, y hasta hacen cola en la peluquería para que los atienda".

A veces le da pena ver cómo los ancianos están abandonados. Le duele saber que los hijos no se quieren hacer cargo de sus padres cuando éstos se han vuelto adultos mayores y enfermos.

"Ellos son señorones de la vida que tienen muchas cosas qué enseñar, pero los rechazan porque ya están enfermos y no pueden valerse por sí mismos. La Casa del Anciano también es una casa del olvido".

 SUEÑO

Le gustaría cortarles el pelo a los pequeños de la Casa del Niño, y también a los presos del Centro de Readaptación Social pero asegura que por ahora no puede entrar al reclusorio.

Comenzó a cortar el cabello a los reclusos cuando el "Indio", Emilio Fernández mató a un campesino y fue encarcelado por este motivo.

"En aquel tiempo, el gobernador Flores Tapia se hizo cargo de ese problema, y en ese entonces me ofrecí a cortar el pelo en la cárcel para conocerlo. El Indio vivía como rey adentro e iban muchos artistas a visitarlo".

Sin embargo, Raymundo se dio cuenta que había muchos presos olvidados por sus familias y sin dinero ni para un cigarrillo, menos para un corte de pelo.

"De ahí me nació hacerles el bien, pero ahora ya no puedo ir a la cárcel por la situación actual, y la verdad es que tengo prohibido pisar ahí hasta nuevo aviso".

Pero las ganas de ayudar de Raymundo parecen no terminar. Su nuevo sueño es hacer una Escuela de Peluqueros para ayudar a los jóvenes sin estudio a aprender un oficio de por vida.

 ESCUELA PARA PELUQUEROS

"Quiero hacer una Escuela de Peluqueros, la única en Torreón, para enseñarles un oficio a los jóvenes, ya sean hombres o mujeres, porque en muchas ocasiones no tienen la oportunidad de estudiar alguna carrera".

Raymundo Dovalí Jaime hace un llamado a las personas con recursos económicos a donar un poco de dinero para hacer realidad la Escuela de Peluqueros, pues así muchos jóvenes aprenderían un oficio y no estarían desempleados ni vulnerables a la delincuencia.

"Quiero hacer un llamado de ayuda para que me donen sillones de peluqueros para seguir ayudando a las personas que se acerquen a mí".

Las personas que quieran ayudar a Raymundo para formar la Escuela de Peluqueros, pueden comunicarse con él a los números telefónicos 87-11-58-47-15 y 7-12-99-59, o bien acudir a su negocio ubicado en avenida Juárez número 459 poniente en la colonia Centro de Torreón.

"No quiero dinero, lo que necesito es que me ayuden con sillones para peluqueros o con algún terreno o local para hacer la Escuela de Peluqueros, y así muchos jóvenes aprenderían cómo ganarse la vida con este oficio".

Para ayudar en proyecto

Algunos datos sobre Raymundo Dovalí Jaime:

⇒ Raymundo Dovalí Jaime pertenece a una familia de peluqueros.

⇒ Comenzó a los 12 años a trabajar como chícharo, es decir, haciendo los mandados en la peluquería de su papá.

⇒ Ahora tiene 66 años de edad y Raymundo dedica su tiempo libre a cortarles el pelo a las personas de la Casa del Anciano Doctor Samuel Silva.

⇒ Las personas que quieran ayudar a Raymundo para formar la Escuela de Peluqueros, pueden comunicarse con él a los números telefónicos 87-11-58-47-15 y 7-12-99-59.

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Escrito en: Activo Lagunero

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