E L término "quimera", se refiere, según el Diccionario de la Lengua Española, a: (Del lat. chimaera, y éste del gr. "µa" a, animal fabuloso). 1. f. Monstruo imaginario que, según la fábula, vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón. 2. f. Aquello que se propone a la imaginación como posible o verdadero, no siéndolo. 3. f. Pendencia, riña o contienda.
En biología molecular, una quimera es una proteína artificial creada uniendo dos fragmentos de proteínas diferentes.
La palabra es de poco uso, quizá por representar aquello que deseamos expresar como imaginado y que en los tiempos actuales hemos perdido, por la rapidez en que avanzan nuestros días, la capacidad de soñar e idear situaciones deseadas y alcanzables.
Sin embargo, las primeras noticias del presente año ya nos han sorprendido al informarnos por los medios de comunicación de un equipo de investigadores de ciencias de la salud y bioquímica de la Universidad de Oregón, que han incursionado en temas como la vacunación contra el VIH o la obesidad y sus consecuencias; ahora presentan sus avances en la mezcla de células de seis genomas distintos para crear un homínido híbrido al que llaman "quimera".
El Dr. Shoukhrat Mitalipov, también está investigando nuevos enfoques de terapia génica para el tratamiento de enfermedades humanas, útiles para contribuir a una amplia gama de enfermedades incurables, incluidas algunas neurodegenerativas, miopatías, diabetes, cáncer e infertilidad.
Sin duda son buenas noticias de la ciencia y la técnica, que orientan sus esfuerzos a buscar mejores condiciones de salud y vida para los seres humanos; sin embargo, se repite la insuficiencia del análisis humanista en los descubrimientos científicos.
Esos mismos nuevos conocimientos también pueden ser aplicados para otros fines, que aún vemos cercanos a la ciencia-ficción, pero que son una realidad en el corto plazo.
Pensar más allá de la regeneración o trasplante de órganos no está fuera de la razón y es esperanza para los mayores, que por razones propias de la edad, enfrentan las consecuencias de las enfermedades degenerativas y de la oxidación de sus cuerpos.
El lado negativo se detecta en la poca legislación que existe al respecto de los trasplantes y tratamientos celulares genómicos. De hecho, el abuso en el manejo de embriones para la producción de células madres, es una realidad que ha provocado fuertes discusiones entre los materialistas cientificistas y aquellos que, apoyados en la filosofía, defienden el derecho y el respeto a la vida.
Haber creado un mono híbrido, producto de diferentes cargas genéticas, es el paso para mejorar los códigos de herencia en las personas, adelanto científico bueno en sí; el abuso del mismo, puede representar la creación de seres híbridos: "quimeras", que lleguen a alterar el orden dictado por la naturaleza.
Del tema poco se ha discutido y en casi nada han llegado a un acuerdo.
De nuevo la bioética queda atrás, en relación a los descubrimientos de la ciencia y la aplicación del conocimiento por medio de las técnicas.
Ya hay algunos novelistas que han imaginado al mundo del futuro alterado en su condición humana y hasta dominado por productos de la ciencia, mitad humanos y mitad máquinas cibernéticas.
El temor de muchos, entre los que me incluyo, estriba en la grave posibilidad de que dañemos al genoma humano, en aras de encontrar mejorías genéticas sensibles.
Recordemos a Aldoux Huxley, con su novela "Mundo feliz", que en 1932 nos advertía de tal posibilidad, catalogando a los seres humanos en pensantes y simples trabajadores operarios, aunque le diera el trato amable a la conformidad de las personas, también por razones genéticas inducidas, quienes aceptaban su condición humana programada.
Piense que esos avances de la ciencia ya han tenido, por años, su aplicación en la manipulación genética de vegetales, obteniendo de ellos mejores rendimientos alimenticios y más aporte proteico.
Otros, caso de los simpatizantes de la "Teoría del Complot", insisten en la posibilidad de manipular las mentes y deseos de la personas a través del shock traumático y la alteración de las características de los tejidos por medio de recursos bioquímicos.
Lo cierto, es que con cada día nos acercamos a la posibilidad de extender la vida, más allá de los 67 años, mismos que ahora consideramos como promedio en condiciones de buena salud.
En contraparte, se hace más concebible la posibilidad de que esos mismos conocimientos, no regulados por leyes tamizadas con el pensamiento humanista, se trasformen en amenazas para la especie humana y en general de todas las formas de vida.
Es claro que nos quedan muchas maravillas por admirar y aplicar para el bien de los humanos; será conveniente que encontremos la manera de que esos descubrimientos y sus beneficios lleguen a todos los habitantes del planeta Tierra, sean ricos o pobres.
¿Qué le parece?
Ydarwich@ual.mx
