A 44 días de la elección, Josefina Vázquez Mota no sólo no ha podido acortar la distancia de dos dígitos que la separa de Enrique Peña Nieto, sino que se debate entre el segundo y el tercer lugar en las preferencias.
Pero lo que ocurre en la campaña de Acción Nacional no es enteramente atribuible a la candidata y a su equipo. Hay algunos déficit que vienen de lejos. La pérdida de brújula no ocurrió de la noche a la mañana. El viejo partido de "los místicos del voto" extravió el rumbo cuando fue asaltado por una camada de oportunistas que si bien le infundieron verdaderas ansias de poder, pervirtieron las causas que le dieron origen: ética en el ejercicio público y democratización de México.
El triunfo del candidato del PAN en la elección presidencial de 2000 pareció ocultar la realidad, pero no fue Acción Nacional el que ganó la Presidencia, sino Vicente Fox y sus amigos, quienes aprovecharon las malas cuentas del PRI en muchos años e impulsaron la idea del "voto útil".
Expertos publicistas, como Santiago Pando le dieron imagen a una oferta fantasiosa que sedujo a muchos ingenuos y que incluía un crecimiento de 6% anual y la generación de un millón 200 mil empleos. En "asalto a Palacio" (Guillermo Cantú dixit), el PAN y su estructura fueron meros compañeros de viaje.
En cualquier caso, el partido estaba obligado a probar que era posible gobernar distinto: con eficacia y honestidad. Pero no ha sido así. Una vez en el poder, los "supergerentes" enseñaron el cobre. Ramón Muñoz, psicólogo de Fox, intentó una absurda reinvención de la administración pública e infiltró el gobierno con cientos de integrantes de su cofradía, El Yunque. También decepcionante resultó el gabinete de cuates de Calderón.
Por si fuera poco, sus gobernadores han obtenido pésimos resultados. Algunos, como Pancho Barrio, saltaron al gabinete. Pero como secretario de la Contraloría no metió a un solo "pez gordo" a la cárcel ni se registraron avances significativos para inhibir y castigar la corrupción. En los tiempos del PRI había, al menos, un cordero pascual cada seis años, pero en los 12 años de la alternancia, ni eso.
En estos días los candidatos panistas en Jalisco y Morelos andan de capa caída y todo parece anticipar que el tricolor sumará dos gubernaturas más a costa del PAN. En cuanto a los gobiernos municipales, por muchos años el panismo se asentó en el "corredor azul" del Edomex, con municipios tan importantes como Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Tultitlán. Sin embargo, los escándalos de corrupción y frivolidad terminaron por agotar la confianza del electorado.
Hoy el país vive una hora crítica y los gobiernos del PAN tienen una enorme responsabilidad. El crecimiento desmesurado del gasto en seguridad pública y el enfoque para combatir a los cárteles (mucha fuerza, poca inteligencia) no han logrado restaurar la tranquilidad en los territorios dominados por los criminales. Michoacán, la tierra natal del presidente Calderón, es sólo un ejemplo: a casi seis años del primer operativo, extensas zonas siguen sustraídas del control de la autoridad. El fracaso es contundente.
Pese a sus más de 70 años de historia, el presunto partido en el poder no ha logrado siquiera formar cuadros y liderazgos. En el DF debió recurrir a una candidatura externa, la de Isabel Miranda de Wallace, como en 2000 con Creel y en 2006 con Demetrio Sodi.
En esta perspectiva, los errores en la campaña de Vázquez Mota no brotaron de la nada. Se fueron acumulando, paradójicamente, en casi dos sexenios en el poder. ¿Dónde quedó la memoria electoral del partido de todos estos años? ¿Cómo pudieron cometer pifias tan elementales como la que llevó a vaciar el Estadio Azul durante el discurso de la candidata?
Pero no todas son malas noticias para el PAN. Tal vez lo que se anticipa -derrota contundente en la federal y algunas locales- pueda servir para sacudir a los verdaderos militantes panistas y llevarlos a regresar a sus orígenes… Quizá.
El primer domingo de julio podrá ser "la noche triste" del PAN y del PRD. Como Acción Nacional, también el PRD estaría obligado a refundarse. Pero esa es otra historia…
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