Para nadie es una novedad que la posible alianza opositora que anunciaran ayer el Partido Acción Nacional (PAN), Partido del Trabajo (PT), Movimiento Ciudadano y Partido de la Revolción Democrática (PRD), -aunque no estuvo presente en la rueda de prensa de ayer- de cara al 2013 esta más llena de dudas que nada.
Si bien es cierto una posible alianza entre los partidos antes mencionados pudiera ser una estrategia interesante para intentar arrebatarle la Presidencia Municipal de Durango y algunos otros espacios de gran importancia al Partido Revolucionario Institucional (PRI), la realidad es que pocos, muy pocos son los que confían en sus "tal vez futuros amigos".
Existe una gran desconfianza del papel que pudieran jugar personas como Gonzalo Yañez, a quien se le conoce por negociar lo que más le convenga no a su partido, sino a él, y el fantasma de que pudiera terminar siendo el tercer candidato en discordia el próximo año que terminaría restándole votos a un segundo candidato, que en este caso podría ser Jorge Salum del Palacio o José Rosas Aispuro.
Asimismo se sabe que los partidos de izquierda no confían para nada en la voracidad de gente como Rodolfo Dorador, quien sería el principal obstáculo en la repartición de lugares si se llegaran a obtener buenos resultados en 2013.
Y si seguimos hablando de desconfianzas, que tal la que se tienen José Ramón Enríquez y uno de los que más suenan para la dirigencia estatal de Morena (si llegara a convertirse en partido político), Carlos Medina Alemán, quienes no se pueden ver ni en pintura a pesar de que ambos presumen ser de izquierda.
Y si bien es cierto en estos momentos Carlos Medina no respresenta un captal político importante para esta posible alianza, seguramente habrá gente que tratará de incluirlo, mientras que otros tantos lo prefieren lejos.
Tampoco podemos dejar atrás las desconfianzas que generan (bien ganadas, a pulso) los hermanos Cruz Martínez, quienes no son bien vistos ni por los militantes del PAN y hasta algunos del PRD.
Precisamente estos últimos también tienen sus dudas respecto a los blanquiazules y los petistas, pues saben que al momento de repartir el pastel, ninguno de ellos se caracteriza por ser justos.
En fin, así de dubitativa suena esta posible alianza de cara al 2013. Hay quienes afirman que de concretarse, el único beneficiado sería el PRI, pues los opositores llegarían desgastados al procesos electoral por la cantidad de dudas y divisiones internas que de por sí, ya existen en todos los partidos.