El aporte calórico del desayuno no debe ser menor al 20 por ciento de las calorías que se ingerirán durante el día ni mayor al 25 por ciento. INGIMAGE
Desde pequeños escuchamos que el desayuno es el alimento más importante del día, y es que aunque sólo aporte una cuarta parte de las calorías ingeridas a lo largo del día, es muy necesario por el organismo para el funcionamiento que tendrá en las próximas comidas.
Beneficios de desayunar
Un buen desayuno mejora el estado nutricional, es decir, el grado en que las necesidades de energía y nutrientes quedan cubiertas con los alimentos que se consumen.
Las personas que acostumbran desayunar nutritivamente hacen una dieta menos grasa y más rica en fibra, vitaminas y minerales, según diversos estudios.
Desayunar pan, tostadas, cereal o galletas ligeras permite aumentar los aportes calóricos para que no sea necesario satisfacerlos con alimentos de mayor contenido graso.
Además, está comprobado que desayunar apropiadamente ayuda a controlar el peso, pues quienes lo hacen reparten adecuadamente las calorías y eliminan la necesidad de comer alimentos poco saludables entre comidas. Motivo por el cual, dicho sea de paso, se recomienda también repartir los alimentos que se ingieren durante el día en 4 o 5 comidas.
Razones para nunca omitir el desayuno
Sentirse decaído, tener poca concentración e incluso sentirse de mal humor son algunos de los efectos de omitir el desayuno.
A tempranas horas de la mañana, el cuerpo tiene ya entre ocho y diez horas sin recibir alimento, por lo que sufre una falta de glucosa que lo lleva a quemar otras reservas energéticas, alterando el funcionamiento orgánico.
Al omitir el desayuno, además, el organismo produce un descenso en la insulina y un aumento de cortisol y catecolaminas en busca de mantener el nivel de azúcar en la sangre, lo que altera la conducta y disminuye el rendimiento físico y mental.
Cómo desayunar correctamente
El aporte calórico del desayuno no debe ser menor al 20 por ciento de las calorías que se ingerirán durante el día ni mayor al 25 por ciento.
Debe estar compuesto por grupos alimenticios como cereales, preferentemente integrales; lácteos, frutas y derivados cárnicos como el jamón cocido o serrano, de acuerdo a una página especializada en alimentación sana.
También pueden incluirse alimentos como miel, mermelada, queso y margarina pero sin excederse.
^AC