Las fuerzas sirias reanudaron hoy sus bombardeos sobre la ciudad de Homs, un día después de que cerca de 100 personas murieron en una ofensiva para acabar con una revuelta popular contra el régimen del presidente Bashar al-Assad.
Los bombardeos tienen lugar principalmente en el barrio de Bab Amron, donde unos 500 proyectiles impactaron contra viviendas, mezquitas y áreas donde los sirios suelen manifestarse, causando al menos 19 muertos y decenas de heridos, según activistas y residentes.
El hospital Al Maidani, el único centro sanitario de la zona, también fue blanco de los ataques con artillería, dejando también un número indeterminado de víctimas entre su personal.
Las tropas sirias continuarán con la persecución de los “grupos terroristas armados” que operan en Homs, bastión opositor que sufre desde el viernes pasado intensos bombardeos del ejército que han dejado cientos de víctimas, informó el Ministerio sirio del Interior.
El régimen sirio acusa a esos “grupos terroristas” de la escalada de la violencia en las últimas semanas y amenaza con proseguir su ofensiva “hasta recuperar la seguridad y la estabilidad en la ciudad”, según un comunicado del ministerio, difundido por la agencia SANA.
Las autoridades sirias insisten en que están combatiendo contra “terroristas” en Homs que buscan sabotear y dividir al país, un país musulmán mayoritariamente sunita.
Los bombardeos sobre Homs comenzaron el viernes pasado, cuando las fuerzas leales a al-Assad lanzaron su ofensiva, causando entre 147 y 260 víctimas mortales, de acuerdo con distintas fuentes opositoras, en la peor matanza desde el inicio de la revuelta hace 11 meses.
El opositor Consejo Nacional Sirio (CNS) considera que los bombardeos son una verdadera masacre. “El régimen está histérico, quiere imponer un castigo colectivo al pueblo”, dijo Omar Edelbi, miembro del CNS, en declaraciones a la cadena Al Yazira.
El CNS denunció que el régimen sirio ha desplegado carros de combate y tropas alrededor de Homs para una nueva “ofensiva de gran envergadura”, por lo que llamó a la comunidad internacional a actuar rápido para impedir una nueva masacre en esa ciudad.
Ante la intensificación de la violencia y la falta de seguridad, Estados Unidos cerró la víspera su embajada en Damasco, mientras España, Italia, francia, Reino Unido, Bélgica, entre otras naciones, llamaron a consultas a sus embajadores en Siria.
Por su parte, el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, anunció que está preparando una nueva iniciativa internacional para Damasco, después del veto ruso y chino a la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre Siria.
“Nosotros lanzaremos una nueva iniciativa con los países que apoyan al pueblo y no al régimen sirio”, declaró Erdogan en el Parlamento, sin precisar el contenido de dicha propuesta.
Asimismo, condenó enérgicamente el veto de Rusia y de China en el Consejo de Seguridad, al señalar que ese bloqueo “es un permiso para matar en manos del tirano” sirio, en referencia al presidente al-Assad.