Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Recetas para la vida

“Mediadores y Metiches”

BeckyKrinsky e Ileana Berezovski

Los pleitos de dos se convierten en guerras de muchos.

Indudablemente hay ocasiones que es conveniente mediar o conciliar discusiones o malos entendidos; sobre todo cuando se puede mediar y la persona que ayuda no está involucrada directamente en el problema, ésta puede calmar y proporcionar un punto de vista justo y conciliador.

Desafortunadamente muchas veces las personas que inicialmente tienen la buena intención de ayudar, terminan convirtiéndose en cómplice y toman parte en el asunto, imponiendo su justificación y apoyando a alguna de las partes involucradas, así que lejos de ayudar, crean más tensión y aumentan el problema. Lo que en un momento fue una simple discusión termina convirtiéndose en una lucha de poder con complicidad.

Días antes de la celebración del matrimonio más esperado, toda la familia cercana ha intervenido para tratar de arreglar un problema que se había originado por una simple discusión completamente irrelevante entre las dos hermanas queridas. Tristemente todos han quedado lastimados y ofendidos. Así que a lo que empezó como un mal entendido de dos, se sumó las buenas intenciones de otros y se ha desencadenado una guerra familiar. ¡Qué líos con todos los tíos!

El problema era realmente sencillo, Marta que se iba a casar estaba molesta con Teresa, su hermana menor la cual decidió alejarse para no interferir en los preparativos de la fiesta esperando que después de la fiesta, su hermana estuviera en mejores condiciones de hablar más calmadamente.

Justina, la otra hermana, con un carácter más conciliador, trató de ser la mediadora entre ellas. Porque le angustiaba mucho que las hermanas no estuvieran en paz para la boda. Así que trato de que se perdonen ella aseguraba que así podrían disfrutar mejor de la boda.

Sin embargo, las buenas intenciones no fueron suficientemente fuertes para que se vencieran los orgullos y se perdonaran los malos entendidos. Al sentirse frustrada, Justina tomó partido por la hermana menor, criticó a Marta e involucró a la prima y a su padre, dando por resultado mayores acusaciones.

La pobre Justina con las mejores intenciones, lo único que logró fue aumentar la tensión familiar. El problema comenzó a crecer en forma desproporcionada. Finalmente, Tere se sintió tan angustiada que decidió ni siquiera asistir al casamiento. Ofendida cortó la comunicación con su familia.

Las intenciones habían sido buenas y quizá Justina hubiera tenido éxito, si en vez de dispersar el chisme o tratar de imponer su punto de vista, hubiera ayudado a que sus hermanas encontraran soluciones y recordaran lo que realmente era importante.

Cuando una persona se convierte en juez y parte al mismo tiempo, se pierde la parcialidad y la objetividad del problema. Las críticas sólo consiguen que la persona se sienta peor y se ponga a la defensiva. Este caso fue una oportunidad perdida y una fiesta descompuesta.

www.recetasparalavida.com

Recetas para la Vida

Mediaciones exitosas

Ingredientes

1 pieza de atención.

1 taza de empatía y objetividad.

2 cucharadas de prudencia.

2 manojos de imparcialidad.

1 rebanada de astucia.

3 gotas de misión clara y concreta.

Condimentos: ojo benévolo, calma y perseverancia.

Recomendación del chef: No se puede ser juez y parte en una discusión.

Modo de Preparación:

1. El conciliar tiene como objetivo ÚNICO contentar a las dos personas que se han disgustado. El mediador no debe por ningún motivo ofrecer su punto de vista o hacer algún tipo de alianza, cuando varios cocineros menean una sopa, ésta termina quemándose.

2. La mejor solución surge cuando se logra resolver la esencia del conflicto original. Es mejor encontrar solución con las personas involucradas a traer cómplices y jueces ajenos. Sólo las personas que se han disgustado saben cuánto dolor, malos entendidos y resentimientos sienten, ingredientes muy frágiles y delicados.

3. Para resolver cualquier problema hay que buscar soluciones positivas. Entender las causas que ocasionaron el desacuerdo en primera instancia sólo conduce a más resentimientos. De nada sirve centrarse en el acto que produjo el enojo o los malos entendidos, al recurrir al pasado, concentrarse en los reproches y los hechos que ya no se pueden cambiar sólo logra revivir y reforzar el enojo y la frustración.

“Es mejor no tratar de resolver los problemas ajenos cuando no se cuenta con la fortaleza necesaria para poder conseguir soluciones positivas y parciales para todos”.

Síguenos en Facebook recipes for life y twitter @recipesforlife.

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 724469

elsiglo.mx