Gobernadores del PRI advirtieron que no serán "subordinados" de Enrique Peña Nieto cuando éste asuma la Presidencia de la República sino que tendrán una relación de "coordinación".
Jorge Herrera Caldera, gobernador de Durango, y Francisco Olvera, de Hidalgo, reconocieron a Peña Nieto como su líder político pero rechazaron un regreso a prácticas del pasado en el que los gobernadores se subordinaban al presidente.
Olvera dijo que no habrá un regreso a la práctica del "dedazo" y las designaciones hechas desde la Presidencia. "Fue una práctica que durante muchos años hizo daño al partido", afirmó.
Herrera Caldera dijo que la experiencia de Peña Nieto como gobernador del Estado de México le dio "todo el conocimiento del rol que jugamos los gobernadores".
Hace unos días, Peña adelantó que su relación con los gobernadores sería "de trabajo y colaboración".
A partir de 2013, el PRI gobernará 22 de las 32 entidades, luego de ganar las elecciones en Chiapas, Morelos y Jalisco. El PAN gobernará seis estados y el PRD cuatro entidades.
Según Herrera, el federalismo se ha fortalecido en los últimos años, por lo que la relación del presidente con los gobernadores ha sido de "coordinación" y así se mantendría en el próximo sexenio.
Sin embargo, Olvera admitió que Peña Nieto es el "líder moral (del PRI)" desde que fue postulado a la Presidencia. "Y ahora que es ganador deberá de tomar totalmente esa jefatura".
Pero advirtió que eso no significa que el presidente será el jefe de los gobernadores priistas. "El jefe de los gobernadores es el pueblo que nos eligió. Lo que sí habrá es absoluta coordinación".
[NACIONAL 2A]
