Habitantes de la tercera etapa de la zona habitacional INFONAVIT responsabilizan al gobernador Ángel Aguirre Rivero de lo que le pueda pasar a la integridad física de 130 familias que viven en 13 edificios afectados severamente por los últimos sismos que se ha registrado en Guerrero.
Este jueves, con pancartas en mano, las familias afectadas protestaron frente a la residencia oficial Casa Guerrero, para exigir una audiencia con el gobernador y exigirle su intervención para la demolición y construcción inmediata de los 13 edificios severamente dañados por los sismos y las inclemencias del tiempo.
Aseguraron que por más de un año ha sido ignorada su demanda por parte del titular del Ejecutivo local, quien los ha enviado con el secretario general de gobierno para no recibirlos en audiencia, por ello, lo responsabilizan de lo que les pueda pasar a sus familias en caso de que los inmuebles se vengan abajo por algún sismo.
Los vecinos inconformes aseguran que las paredes y pisos de sus departamentos presentan severas cuarteaduras y agrietamientos, las cuales han sido originadas por los últimos movimientos telúricos que se han generado en Guerrero, lo que representa un grave riesgo para la vida de las 130 familias que ahí habitan.
La señora Carmen Ocampo Bravo, quien habita en uno de los 130 departamentos afectados por los sismos, dijo que la mayoría de los vecinos viven con el "Jesús en la boca" todos los días, al pensar de que en cualquier momento puede templar y en consecuencia venirse abajo sus viviendas.
Los afectados aseguran sentirse burlados por los diferentes funcionarios que los han atendido, por lo que este jueves decidieron solicitar la intervención del gobernador Ángel Aguirre Rivero, de quien buscan su intervención para que se comprometa a realizar las gestiones correspondientes y su demanda sea atendida a la brevedad posible.
