El Papa Benedicto XVI recordó hoy a su predecesor, Juan Pablo II, al cumplirse siete años de su muerte y señaló que uno de sus legados fueron las jornadas mundiales de la juventud.
Al recibir en audiencia en el aula Paulo VI del Vaticano a cinco mil jóvenes españoles que participaron en la Jornada Mundial de la Juventud de 2011, Benedicto XVI subrayó que ese tipo de eventos son un legado de su predecesor.
“Saludo cordialmente a las autoridades, organizadores, patrocinadores y voluntarios, pero, de modo muy especial, a los jóvenes, que son los protagonistas y principales destinatarios de esta iniciativa pastoral impulsada por mi amado predecesor”, dijo.
“Siempre que traigo a mi memoria la vigésimo sexta Jornada Mundial de la Juventud vivida en Madrid, mi corazón se llena de gratitud a Dios por la experiencia de gracia de aquellos días inolvidables”, refirió.
Señaló que los jóvenes están llamados a cooperar en la “apasionante tarea” de “dar testimonio de las maravillas de Dios”.
“Cristo los necesita a su lado para extender y edificar su Reino de caridad. Esto será posible si lo tienes como el mejor de los amigos y lo confiesan llevando una vida según el evangelio, con valentía y fidelidad”, puntualizó Benedicto XVI.
“Queridos jóvenes, como aquellos apóstoles de la primera hora, ser también ustedes misioneros de Cristo entre sus familiares, amigos y conocidos, en sus ambientes de estudio o trabajo, entre los pobres y enfermos”, indicó.
El Papa recordó que la víspera, con la solemnidad del domingo de Ramos, inició la Semana Santa, “en la que seguimos los pasos de Cristo hasta la celebración de su misterio pascual”.
“Los invito, durante estos días santos, a unirse plenamente a nuestro Redentor, recordando aquel solemne Vía Crucis de la Jornada Mundial de la Juventud”, anotó.
Asimismo, Benedicto XVI resaltó que en 2013 tendrá lugar la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, Brasil.
“Como ahora avanzamos con los ojos fijos en la inminente aurora de la Pascua, que la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud en Brasil sea una nueva y gozosa experiencia de Cristo resucitado, que conduce a toda la humanidad hacia la claridad de la vida que procede de Dios”, señaló.