Exigen sacarlos. Desde hace seis años, la agrupación Familia Pasta de Conchos ha pedido que se rescaten los cuerpos de los mineros que quedan atrapados en la mina.
A seis años de la tragedia, las muertes continúan. En 2011 murieron 30 trabajadores de la minería en accidentes laborales en la región carbonífera, es el número más alto de decesos del que se tiene registro después del accidente sucedido en la unidad ocho de la mina Pasta de Conchos, que hoy cumple su sexto aniversario luctuoso.
La organización Familia Pasta de Conchos, que surgió a raíz de la tragedia, en su sexto informe detalla las muertes registradas en 2011 y los distribuye de la siguiente manera: dos en Mina Lulú, uno en La Encantada; Siderúrgica, dos; Mina VII Saltillito, dos; San Juan, uno; Pocito Binsa, 14; Pocito Agujita, uno; Mina V Esmeralda, dos; Municipio de San Juan , uno; y cuatro más en la Carboeléctrica José López Portillo de la Comisión Federal de Electricidad, en donde se incluye a un menor de edad.
En su reporte denominado, "Siglo XXI: El martirio en las minas de carbón", se hace un recuento de los mineros fallecidos anualmente en sus lugares de trabajo, después de la tragedia de Pasta de Conchos. En el informe se detalla que en 2006 en total fueron 77 mineros, en 2008 fueron 3, en 2009, 8; 13 en 2010 y 30 en 2011. De estos 67 fueron accidentes en pozos de carbón, que operan de manera ilegal, tajos, minas subterráneas de carbón y plantas de beneficio y transporte de carbón.
La organización que está integrada por familiares de los fallecidos de Pasta de Conchos y de otros accidentes en minas y pozos de carbón, así como por miembros de organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos, apoyados por el Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), han denunciado constantemente a las autoridades las condiciones de inseguridad en las que laboran los carboneros, sobre todo en los llamados 'pocitos' y aunque con algunos avances, siguen sin lograr sus objetivos; el rescate de los cuerpos de Pasta de Conchos y la mejora de condiciones laborales.
El tiempo les ha dado la razón. El 3 de mayo del año pasado fallecieron 14 trabajadores en el Pocito tres de Binsa. Entre los lesionados se encontraba un menor de 14 años. En el informe se detalla que de los 14 trabajadores, solo ocho estaban dados de alta en el IMSS; cinco fueron dados de alta el día de la tragedia y uno más jamás se le hizo ese trámite.
El siniestro una vez más puso al descubierto lo que la organización ha señalado de manera constante: el trabajo infantil en las minas de carbón, la ilegalidad en la que operan los llamados pocitos, su peligrosidad y el incumplimiento patronal, entre otras cosas.
LOS FRUTOS DE LA LUCHA
Ante los constantes señalamientos por parte de la Organización y familiares de los mineros fallecidos, se encuentra la clausura de una mina por primera vez en la historia de la región: la mina Lulú que llevaba cuatro muertos en años sucesivos, así como la apertura de un proceso penal que llevó a los responsables de la explotación de la mina a estar detenidos en el Cereso.
El caso ha sido llevado ante la Organización Internacional de Trabajo (OIT) la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Comisión Nacional de Derechos Humanos (que ha emitido cuatro recomendaciones sobre minas del carbón al gobierno mexicano), para exponer la responsabilidad del gobierno en estas muertes por no hacer cumplir las normas establecidas la NOM- 032 de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social y el Convenio 155 de la OIT que refiere la Seguridad y Salud de los Trabajadores.
En sus recomendaciones, la Comisión señala las violaciones a los derechos humanos y expone las omisiones administrativas de las autoridades federales y locales involucradas en la región. En la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el proceso continúa.
PROPUESTA
Para mejorar las condiciones de los mineros de la región carbonífera y de otras partes del país, el senador Ricardo García Cervantes, en base a estudios y peticiones de Familia Pasta de Conchos, el 13 de diciembre de 2011, propuso la iniciativa de la Comisión Reguladora de Carbón, que tiene como fin impedir la operación de yacimientos clandestinos, además de frenar la violación a los derechos humanos de y laborales de los trabajadores del sector, que evite tragedias y muertes y la multiplicación de las víctimas al tiempo que promueva y oriente el desarrollo económico de la minería.
En el reglamento, que regiría la Comisión y que está integrado por 18 artículos, plasma las principales demandas de trabajadores y sus familias, el cumplimiento de la seguridad en el trabajo y sancionar a quien no las cumpla.
EL RESCATE
En el último año del sexenio del presidente Felipe Calderón, los deudos tienen pocas esperanzas de que apoyen el rescate de los 63 cuerpos que quedaron sepultados en Pasta de Conchos, pues desde que comenzó su mandato, se han solicitado tres audiencias, mismas que se han rechazado. Las peticiones para el rescate de igual manera han sido rechazas, sin embargo Familia Pasta de Conchos insiste en que el rescate se hará "con Calderón, sin Calderón o contra Calderón".
Aidé Ramírez, hermana de Hugo Ramírez, quien falleciera en el siniestro de Pasta de Conchos, dice que el rescate les regresaría la paz que siempre se ve interrumpida en estas fechas por recordar aquellos angustiosos momentos al pie de la mina que se convirtió en la tumba de 63 mineros, pero mayor calma les daría que sus seres queridos, aún con vida, laboraran en condiciones seguras, pues siempre que los ven partir, hay temor de no verlos regresar.
