Samuel Mañez falleció en un trágico accidente automovilístico la mañana del 26 de diciembre de 2002, cuando viajaba por la carretera de Córdova a Veracruz para integrarse a la pretemporada de los Tiburones Rojos para el Torneo Clausura 2003.
Esa mañana viajaba del puerto de Tampico al de Veracruz el ex jugador Eduardo Moses, ahora exitoso vendedor de seguros de vida, para informarle al portero Samuel Mañez que su colega Jorge Campos había decidido regalarle un seguro por 200 mil dólares por muerte accidental, era un seguro especial, faltaba tan sólo que Samuel Mañez lo firmara.
Jorge Campos y Samuel Mañez se habían conocido en Acapulco y fueron compañeros de equipo en el Atlante en la temporada 95-96. Campos era el portero titular, Félix Fernández el suplente y Mañez el tercer guardameta.
Samuel Mañez, nativo de Tenexpa, Guerrero, paisano de Jorge Campos, había iniciado su carrera en el equipo Barracudas de Acapulco de Tercera División y durante su estancia en el Atlante jugó tan sólo dos partidos.
Esa desilusión lo llevó a emigrar a los Estados Unidos, en donde como trabajador indocumentado cosió lonas para trailers bajo el nombre de "Jorge Serrano''. Un buen día recibió una llamada de un directivo del Atlante para informarle que lo había acomodado en el Real Sociedad de Zacatecas de Primera División "A'', en ese entonces equipo filial del Santos Laguna.
Entusiasmado regresó al país y después de jugar con el Real Sociedad de Zacatecas fue transferido al Irapuato de Primera División "A'', con sus grandes atajadas ayudó a que los Freseros regresaran al máximo circuito del futbol mexicano en el año de 2001.
Al momento de su muerte era portero titular del Veracruz en Primera División. Jorge Campos había decidido protegerlo con ese seguro especial, a sabiendas de que Samuel Mañez no le ponía mucha atención al tema, sin embargo, la buena intención del ex mundialista mexicano se vio frustrada por el trágico accidente carretero en que Samuel perdió la vida.
Eduardo Moses se quedó con los papeles del seguro sin firmar, Samuel Mañez ni lo sabía, apenas iba a enterarse. ¡Hasta la próxima!
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