La auditoría forense permite reducir hasta un 90 por ciento los riesgos de fraudes internos y el robo hormiga en las empresas, además de combatir el lavado de dinero y el financiamiento de operaciones ilícitas.
De acuerdo con el socio director de Salles Sainz Grant Thornton, Mauricio Brizuela, en los últimos cinco años, los fraudes empresariales y el lavado de dinero han aumentado de 60 a 80 por ciento, debido a diversos factores relacionados directamente con los empleados.
Señaló que la alteración de documentos, encubrimiento de ingresos y endeudamientos ficticios son prácticas comunes que incrementan el riesgo de fraudes en las organizaciones.
También, abundó, la manipulación de contratos, apertura de cuentas de cheques sin autorización, asignación de bienes en comodato, adjudicaciones por medio de intermediarios y corrupción de funcionarios y empleados.
En ese sentido, mencionó que los empleados que incurren en estos delitos pretenden vivir más allá de sus posibilidades económicas, tienen deudas personales altas, relaciones cercanas con los clientes, incongruencia entre la compensación que percibe y sus responsabilidades.
Mediante un comunicado, expuso que la auditoría forense interviene cuando se presupone algún delito, por lo que investiga, analiza e interpreta la información financiera de la que se tiene duda, al centrarse en excepciones, rarezas e irregularidades.
A diferencia de la auditoría financiera, que sólo analiza errores y omisiones, explicó que la auditoría forense considera diversos factores, como la indagación de activos, situaciones de quiebra fraudulentas, análisis de reclamaciones de seguros y averiguaciones de conflictos de interés.
Mauricio Brizuela agregó que la prevención y detección de los fraudes empresariales es responsabilidad del sistema de administración de las compañías quienes deben implementar mecanismos de contabilidad y control internos adecuados.