Las autoridades chinas reforzaron la presencia de las fuerzas de seguridad en las regiones tibetanas, con el objetivo de responder a la serie de inmolaciones que en tres días han sumado seis intentos de suicidio, informaron ayer las ONG.
La Policía aumentó su presencia y sus patrullas en la ciudad de Tongren, en la provincia de Qinhai, al noroeste de China, después de que miles de tibetanos se manifestaran el jueves, según la ONG Free Tíbet.
Seis tibetanos se inmolaron en China desde el miércoles para protestar por la ocupación china, en pleno Congreso del Partido Comunista de China, según el gobierno tibetano en el exilio.
El caso más notorio fue el de tres adolescentes de 15 y 16 años, todos monjes, que decidieron prenderse fuego los tres a la vez al tiempo que pedían libertad en Tíbet y el retorno del Dalai Lama, según la organización Free Tíbet.
Desde marzo de 2011 al menos 60 tibetanos se suicidaron o trataron de hacerlo al prenderse fuego para protestar por la situación de los tibetanos, y estos casos de inmolaciones se han registrado también fuera de las fronteras del gigante asiático, especialmente en la India.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, instó hace unas semanas a la opinión pública a prestar más atención a la situación de los tibetanos, y dijo que hay un "uso excesivo de la fuerza" y una "represión de los derechos culturales" por parte de China.