Celebración católica. Con la celebración del Domingo de Ramos, el cardenal Norberto Rivera dio inicio la Semana Santa.
La Arquidiócesis Primada de México se lanzó ayer contra los críticos que estimaron que la visita del Papa Benedicto XVI al país podía tener tintes e intereses políticos.
Señaló que la realidad fue muy diferente a lo que los "aprendices de analistas" dijeron. Afirmó que el jerarca de la Iglesia católica sostuvo de principio a fin un mensaje acerca de la revitalización de la fe de los creyentes.
"Todos coincidían en que sería una visita cargada de mensajes y de injerencia en asuntos nacionales. Hubo incluso quienes señalaban, en el colmo de lo absurdo y del ridículo, que venía para respaldar a un partido político en particular", dijo.
"(...) No vino por asuntos coyunturales ni de la Iglesia, ni del país. Ha venido por algo más importante: anunciar el Evangelio", sostuvo.
Dijo que más de tres millones de personas, de las cuales sobresalieron los jóvenes, salieron a las calles a recibirlo y a reconocer que Benedicto XVI es el sucesor de Pedro y el representante de Cristo.
"El Papa se sintió profundamente conmovido, manifestó sus sentimientos y agradeció las hospitalidad que fue objeto por autoridades y creyentes", resaltó.
En días previos a la vista del Papa, analistas como Roberto Blancarte expresaron en foros que la visita del Papa Benedicto XVI respondía a imponer una agenda política específica de Roma, que se resume en la visión de libertad religiosa, que significa que el Estado no puede limitar los derechos de la Iglesia.
En tanto, el experto en religión, Elio Masferrer afirmó que si el Papa fue recibido por muchas personas en Guanajuato se debió a la tradición católica que se vive en el Bajío, la cual no es igual a la del resto del país.