Sin precisión. Naciones Unidas aún desconfía de la tregua, principalmente por las diferencias.
El acosado régimen del presidente Bashar Assad prometió ayer jueves que respetará una tregua de cuatro días a partir de hoy viernes por una importante festividad musulmana, en tanto que rebeldes afirmaron que han tomado el control de importantes áreas en la disputada ciudad de Alepo.
Pero los prospectos de que un cese del fuego sea implementado son muy débiles, dada la historia de promesas incumplidas por Assad y considerando los avances rebeldes en Alepo, la ciudad mayor de Siria, donde los combatientes opositores dijeron haber ganado terreno en varios distritos en manos del gobierno.
En un anuncio leído en la televisión estatal, el ejército informó que no obstante la promesa, respondería a ataques con armas de fuego o explosivos, y que evitará que los rebeldes fortalezcan sus posiciones o reciban suministros así como el ingreso de combatientes hacia Siria desde países vecinos.
La tregua propuesta por el enviado de la ONU y la Liga Árabe Lakhdar Brahimi tiene el respaldo del Consejo de Seguridad, incluyendo aliados de Assad como Rusia y China. El secretario general de la ONU Ban Ki-moon llamó a todos los países y grupos con influencia en Siria a presionar a ambas partes para frenar la violencia, dijo su portavoz.
El llamado al cese al fuego de cuatro días por la celebración musulmana del Eid al-Adha es por el momento la única idea de la comunidad internacional para frenar los 19 meses de violencia en el país.Los rebeldes que pelean para derrocar al régimen de Bashar Assad no tienen un mando unificado, además han rechazado la idea de una tregua al manifestar que no confían en que el régimen de Assad cumpla sus promesas.
Ambas partes han incumplido previos ceses al fuego después de aceptarlos.
Incluso la actual tregua, que debe comenzar hoy con el inicio del feriado de Eid al-Adha, parece ya en peligro. Ninguna de las partes ha mostrado interés en deponer las armas, buscando en lugar de ello conseguir ganancias militares. El plan de tregua seguía impreciso anoche. No estaba claro cuándo exactamente debía comenzar, y no hay arreglos para monitorear su cumplimiento. Brahimi nunca dijo qué sucedería tras los cuatro días, una omisión potencialmente peligrosa considerando que Assad y los rebeldes difieren drásticamente sobre el camino a seguir.