Siglo Nuevo

Regreso a clases

OPINIÓN

Regreso a clases

Regreso a clases

Sergio Sarmiento

Tarde o temprano llega el momento. Se acerca el fin de las vacaciones de verano para la enorme mayoría de los estudiantes de nuestro país.

Uno podría pensar que es un trance doloroso para los alumnos. Tenemos la idea de que los jóvenes aborrecen el trabajo escolar y adoran el tiempo de ocio. Y no digo que no sea así para muchos. Pero sorprende que cuando llega el momento de regresar a clases, después de esta pausa prolongada del verano, la mayoría llega con entusiasmo a las aulas.

Lo anterior quiere decir que el descanso ha cumplido con su función. Los seres humanos estamos hechos para trabajar y para aprender. El descaso nos permite recuperar la capacidad para el esfuerzo. Pero la experiencia nos dice que quienes no tienen nunca la obligación de esforzarse, quienes viven una existencia constante de ocio, pierden la capacidad de tomar decisiones y se deterioran gradualmente en lo personal. Esto ha pasado con las clases aristocráticas de todos los países a lo largo de la Historia. Pero también con los hijos y los nietos de los grandes multimillonarios. Con razón se dice que el esfuerzo construyó el capitalismo, pero la herencia lo destruyó.

Para la mayoría de los jóvenes el regreso a clases constituye un retorno a una disciplina diaria. Una vez más hay que levantarse temprano todos los días. Se vuelve indispensable acudir a las aulas y competir para distinguirse de los demás. Pero el retorno es también el momento en que los jóvenes se reencuentran con sus amigos más entrañables. Las grandes amistades se forjan en las escuelas.

En el actual momento histórico el retorno a clases adquiere una importancia mayor. La educación se convierte cada vez más en la llave para tener un mejor desempeño en la vida. Los trabajos físicos que se pueden realizar con poca o ninguna instrucción se vuelven cada vez más escasos y peor pagados. La labranza del campo y el trabajo en las grandes plantas industriales ocupa a un número cada vez menor de personas. Pero incluso en el campo y en las fábricas hay una revolución. Una persona puede lograr cada vez mayor producción. Y en lugar de obtenerla con la fuerza física, lo hace con equipo cada vez más avanzado. Por eso hasta para trabajar en el agro o en la industria hay que tener una instrucción que en el pasado no era necesaria.

Los jóvenes muchas veces no se dan cuenta de la importancia del trabajo en las escuelas. La instrucción se vuelve con frecuencia una simple rutina. Muchos hacen todo lo que pueden por simplemente llenar el expediente y pasar al siguiente ciclo. Pocos se dan cuenta de que la escuela, cuando cumple su función, les otorga las herramientas para tener una vida más próspera y más satisfactoria.

En México la mejora de la educación es todavía una asignatura pendiente. Apenas en los últimos años hemos empezado a medir el desempeño de escuelas, maestros y alumnos. Sólo ahora podemos darnos cuenta de cuáles son nuestras debilidades y cuáles nuestras fortalezas, si es que tenemos alguna. Y lo peor de todo es que algunos grupos sindicales se han opuesto a la aplicación de esas evaluaciones que nos permitirían tener un mejor sistema educativo.

Para los alumnos que regresan a clases, el tema de la calidad de la educación no es la prioridad que tienen en mente. Los impulsa la anticipación de reencontrarse con los viejos amigos. Algunos y algunas arden en deseos de encontrarse con el amor que quedó pendiente al término del pasado año escolar. Pero lo importante para todos es que en medio de todos estos deseos podrán, si el sistema educativo les da la oportunidad, volverse mejores y más productivos a través de la instrucción.

Twitter: @SergioSarmient4

Leer más de Siglo Nuevo / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Siglo Nuevo

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Regreso a clases

Clasificados

ID: 776932

elsiglo.mx