Éxito. La compañía lagunera Mezquite Danza Contemporánea realizó anoche en el Museo Arocena una intervención durante la inauguración de la segunda parte de la exposición 'Trilogía' de Flor Garduño. (EL SIGLO DE TORREÓN / Ramón Sotomayor)
Dando vida a los elementos referenciales de la exposición "Trilogía de Flor Garduño", los bailarines de Mezquite Danza Contemporánea, bajo la dirección del maestro Jaime Hinojosa, realizaron ayer en el Museo Arocena una verdadera deconstrucción desde la grafía física.
Una lectura física de las imágenes de la segunda parte de la exhibición, que partiendo de la experiencia individual de cada bailarín, se mezclaba entre los asistentes a la inauguración, para dar espacios coreográficos corales, que coqueteaban con el público entre los acordes del acordeón de Raúl Jáquez y el clarinete de César Encina.
Una experiencia estética que, gracias al uso de vestuario y elementos coreográficos propios de las fotos de Garduño, causaban entre los asistentes a la inauguración el efecto de cuerpos saliendo de las obras para tomarse la sala de exposiciones temporales del Arocena.
Una acertada mancuerna que invitó entre otros compositores a Piazzolla como telón de fondo, para una litúrgica mirada donde los bailarines interpretaron los tres temas de la exposición Bestiario, Mujeres fantásticas y Naturalezas silenciosas.
En lo individual Sara Ovalle, integrante de Mezqute desde sus inicios, realizó una lectura propia, con movimientos que resaltaban de los demás bailarines, atrayendo la mirada de los asistentes, quienes de manera atinada leían los movimientos en relación con las imágenes de la exposición.
Una intervención que por su formato involucró al público, en un efecto que hizo que los bailarines se convirtieran en espectadores, los espectadores en elementos coreográficos y las imágenes de Flor Garduño, en la excusa para trasladar metáforas del formato bidimensional de la fotografía al escénico de la danza.