El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, reiteró hoy el compromiso de su país con Afganistán, pese a la reciente matanza de 16 civiles en Kandahar, cometida por un soldado estadunidense, y la quema del Corán.
En el marco de una visita de dos días a Afganistán, que ha sido empañada por dos atentados, el jefe del Pentágono se disculpó ante el pueblo afgano por los incidentes ocurridos en la sureña prrovincia de Kandahar, en una reunión con militares en el sur del país.
Panetta, quien llegó esta mañana a Afganistán, en una visita programada desde hace meses, dijo que el asesinato de civiles cometido el domingo por un militar estadunidense, así como la quema accidental del Corán del mes pasado, son hechos que no deben repetirse.
En un discurso ante soldados de la coalición en la provincia de Helmad, el funcionario se mostró profundamente preocupado por los ocurrido, pero dijo que esto pasa desgraciadamente en la guerra y que sólo queda aprender de cada incidente y evitar que se repitan.
“Tenemos que aprender... Cada uno de estos incidentes es profundamente preocupante. No vamos a permitir que incidentes individuales minen nuestra misión y compromisos en Afganistán", subrayó, según un reporte de la agencia afgana PAN.
Los “trágicos" incidentes, agregó, no definen la relación entre las fuerzas de la coalición y el pueblo afgano, "nuestro compromiso con Afanistán está firme y seguirá, nuestra estrategia por restablecer la estabilidad que está funcionado”.
Tras su encuentro con militares de la coalición internacional en las base militar de Camp Bastion, el Secretario de Defensa se reunió con líderes tribales provinciales de Helmand, encuentro, que según un portavoz de Panetta, fue “excelente” y tuvo favorables resultados.
Durante su visita de dos días a Afganistán, Panetta tiene previsto reunirse en Kabul con el presidente afgano, Hamid Karzai, altos funcionarios del ministerio afgano de Defensa y líderes provinciales, aunque no contempla viajar a Kandahar, donde ocurrieron los incidentes.
La visita del jefe del Pentágono a Afganistán se vio empañada por dos nuevos atentados, que dejaron un saldo de al menos ocho muertos, aunque ninguno de ellos ocurrió cerca de las zonas donde estuvo presente.
Una fuerte detonación de un minibús cargado de explosivos en una de las principales carreteras de Helmand provocó la muerte instantánea de al menos seis personas, cuyos cuerpos quedaron irreconocibles por las quemadura sufridas, según un reporte de la policía local.
En un incidente similar, una bomba colocada en una motocicleta explotó este tarde en Kandahar, matando a un guardia de seguridad de la Agencia de Inteligencia afgana, mientras que tres civiles más resultaron heridos.
La autoridades provinciales indicaron que no estaba claro si el atentado estaba relacionado con los asesinatos del domingo o a las amenazas de la resistencia Talibán de vengar la muerte de los 16 afganos, en su mayoría niños, a manos de un “maniático” estadounidense.