Rusia reiteró hoy su rechazo a la adopción de una resolución de las Naciones Unidas contra Siria, porque sería apoyar al movimiento revolucionario y estimular acciones violentas de los grupos armados, afirmó el canciller ruso, Serguei Lavrov.
“La adopción de una nueva y resistente resolución de la ONU a Siria, respaldada por Occidente, equivaldría a un apoyo directo para los opositores del asediado presidente sirio, Bashar al-Assad”, dijo Lavrov en conferencia de prensa.
Al margen de una reunión entre el presidente ruso Vladimir Putin y el primer ministro turco, Recep Tayiip Erdogan, el jefe de la diplomacia rusa insistió en que su país no permitirá que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adopte una resolución.
“Si continúa la política que se basa en apoyar a la oposición será un callejón sin salida, porque al-Assad (el presidente sirio) no abandonará el cargo por su propia voluntad”, indicó Lavrov, citado por la agencia rusa de noticias Novosti.
Recordó que las discusiones en el Consejo de Seguridad continúan, pero que de ninguna forma Rusia aceptará ni el artículo VII de la Carta de Naciones Unidas (sobre el empleo de la fuerza) ni nuevas sanciones contra Siria.
Lavrov lamentó que las naciones occidentales, en lugar de llamar a la calma a los grupos armados, más bien los alientan para que continúen sus acciones bélicas.
Estimó que ejercer presiones solo sobre una de las partes significa crear condiciones para el paso de la situación a una guerra civil y ello constituye una intromisión en los asuntos internos de un Estado.
Rusia ha declarado que no tiene interés en que al-Assad permanezca en el poder, pero insiste en que cualquier decisión sobre su expulsión debe ser tomado únicamente por el pueblo sirio.
El borrador de resolución que votará la ONU, dentro de unas horas, se basa en el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que permite al Consejo de Seguridad aprobar una serie de medidas que van desde sanciones, tanto diplomáticas como económicas, hasta la intervención militar.
Se espera que Rusia y China, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad, veten ese texto, como lo han hecho en anteriores resoluciones contra el régimen de al-Assad.
El primer ministro turco, cuyo país es miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), viajó a Moscú para persuadir al presidente ruso a reconsiderar su actual posición sobre Siria y no vetar la nueva resolución.