Con la presión que hacemos contra una espinilla, muchas veces contribuimos a mezclar las bacterias de los dedos con las de la cara, lo que se agrava a medida que se va apretando y rasgando la piel. INGIMAGE
Eliminar puntos negros, blancos, granos u otras manifestaciones de acné puede ser mucho más perjudicial que tener alguna de estas erupciones en la piel, ya que un proceso llevado a cabo de manera inadecuada puede provocarnos una cicatriz o una infección. Esto se entiende porque un punto negro aparece cuando la grasa natural de la piel no puede salir a la superficie correctamente. Con la presión que hacemos contra una espinilla, muchas veces contribuimos a mezclar las bacterias de los dedos con las de la cara, lo que se agrava a medida que se va apretando y rasgando la piel.
Es por ello que antes de cualquier extracción se recomienda tener el cutis completamente pulcro y, además, usar un exfoliante antibacteriano. Para los problemas más graves también se puede confiar en tratamientos de láser y terapias de luz.
Los puntos negros son en realidad granos que no tienen piel por encima, y por ello tienen el tono negruzco. En principio, tener los poros limpios debería ser suficiente para ver nuestro rostro menos atacado, por lo que hay varios productos que podemos preparar fácilmente en casa y con los que podemos mejorar una mala situación.
Para las pieles grasas, una loción con base de nuez moscada y leche puede ser muy efectiva. Puede añadírse bicarbonato con agua, zumo de limón con azúcar o sal con crema agria. Cuando se consiga una textura en pasta, debe esparcirse por la piel como un jabón, retirarse con agua y proceder a continuación con un exfoliante.
Otra práctica casera muy especial es usar sencillamente miel, que funciona como el caramelo en las depilaciones de algunos países. Con solo extenderla sobre la piel e ir quitándola luego con los dedos con ligeros golpecitos, puede ser un buen extractor de los puntos negros más grandes, pero no es tan efectivo como otros mejunjes. El tratamiento que sí resulta siempre efectivo, aunque a veces es demasiado agresivo, es rascar con las cerdas de un cepillo de dientes (dedicado únicamente a este uso) humedecido en zumo de limón o aceite de jojoba directamente sobre el punto.
Una mascarilla habitual para eliminar puntos negros consiste en batir claras de huevo, con los que se consigue un líquido que debe aplicarse al menos dos veces sobre la piel y dejar secar. En las zonas de mayor concentración de espinillas, como la zona T, se pueden aplicar hasta tres capas. Por otro lado, la arcilla cosmética es uno de los ingredientes estrella en los tratamientos profesionales contra puntos negros. Es fácil conseguir arcilla en cualquier herboristería y de manera sencilla, con solo mezclarla con agua, ya se consigue una buena mascarilla para combatir las espinillas. También se puede combinar con vinagre de manzana.
