Hace unos días me encontraba en casa de una buena amiga y entre plática y risas recordábamos esos congresos de la RNES (Red Nacional de Estudiantes de Sociología) a los que solemos asistir cada año.
Mi amiga tuvo la oportunidad de viajar a Ciudad Juárez, Chihuahua, a unos de esos congresos; por mi parte no corrí con la misma suerte de asistir. Me platicaba sobre un grupo de chicos que se dedican al grafiti, los cuales estuvieron presentes en el congreso, pues se les brindó la oportunidad de mostrar su obra pictórica, la cual se puede observar plasmada en las bardas y calles principales de Ciudad Juárez.
Su objetivo: demostrar a la ciudadanía juarense y a cualquier turista la ola de violencia que se vive día con día en aquella frontera. Tratando de desplazar a la televisión por una "pinta" en la pared, pues aseguran que los medios de comunicación no difunden el verdadero caos que genera la violencia.
Las dos coincidimos en que no somos unas conocedoras del arte del grafiti, ni de técnicas de dibujo, pero a decir de mi amiga, las líneas, los trazos y los colores empleados estaban tan bien plasmados que sorprendían. Las "rayas" en su mayoría, mostraban a la catrina, a la muerte, la sangre derramada, y sin lugar a dudas las armas mortales que han cobrado tantas vidas, no sólo por aquel lado de la frontera, sino a nivel nacional, la lucha incesante por demostrarle a todo el que transita por las calles de aquella ciudad, que la realidad no es completamente todo lo que muestran los medios de comunicación, pues esa cruda realidad ha tenido que ser tomada y dibujada con aerosoles por los mismos que la han sufrido en carne propia, por aquellos "artistas urbanos" que no se cansan de "imaginar", de "pintar" y de tratar de gritar en silencio a través de sus grafitis que no todo es como lo ven en la televisión.
Esta plática me hizo recordar que en La Laguna también han existido movimientos de "artistas de las paredes", tal y como fue el "Proyecto Palomas", que es, por una parte, común al movimiento que surgió en Ciudad Juárez; digo por una parte porque también utilizaron paredes, puertas, bardas, aerosoles, trazos y rayas para plasmar lo que se quería.
La finalidad de este proyecto a decir de Javier Saúl García González (alias Mack: creador urbano y grabador del Crew 2EK, al cual le agradezco por la información proporcionada) fue, representar la Paz que aún tiene México, invitando a artistas nacionales e internacionales a participar, logrando obtener un trabajo de 35 pintores que formaron este colectivo.
La otra parte que no tiene similitud con el proyecto de Ciudad Juárez, es que los artistas seleccionados tuvieron la libertad de imaginar de forma positiva a cada ave, sin tener que mostrar elementos de violencia de ningún tipo.
El rescate de inmuebles abandonados o bardas despintadas de las principales avenidas de la Comarca Lagunera, para usarlos como medio de expresión, me parece increíble, y más para plasmar las "Palomas", pues es evidente que aún se tiene la esperanza de que podemos vivir en un mundo o por lo menos en una ciudad con más tranquilidad, salir de tu casa, de la escuela o de tu trabajo y encontrarte con estos enormes murales, es algo que te transmite energía, algo que mientras lo observas, hace que por un momento olvides el estrés y el cansancio del día a día a través de sus colores.
Respeto la idea del colectivo de Chihuahua de proyectar su realidad diaria, pero creo que ya es demasiado lo que surge en el transcurso de la rutina, lo que escuchamos, lo que leemos, lo que nos platican o lo que vivimos; por lo tanto creo que no hace falta más violencia visual.
Mientras que, por este lado de la ciudad el colectivo Lagunero continúa plasmando sus trabajos y a través de fases complementarias, las aves se seguirán reflejando en aquellos muros donados o prestados por la sociedad que permite que iluminen su espacio de color y buena energía.
