Iniciamos el año 2012, con retos que habremos de superar; de hecho, la vida es así, con alegrías y tristezas, limitaciones y excesos; de oportunidades para superarnos y hacernos mejores personas.
Los retos se presentan, a decir de los orientales, como oportunidades para crecer y alcanzar logros; como me dijo un amigo de café, el señor Peña: "Es año de oportunidades y si otros se atontan, nosotros debemos aprovecharlo". Gran verdad, que también me enseñó don Salvador Álvarez, cuando me aseguró que: "No hay crisis que resista doce horas de trabajo".
Empezamos el año con malas noticias, encabezadas por el incremento de la pobreza de los laguneros, que se observa mayormente en el medio urbano, sumando a 1,200,000 personas que padecen al menos una de las carencias de calidad de vida -alimentación, educación o vivienda- incluyéndose en la definición de pobres.
Considerando a todos los municipios regionales, los pobres suman 74,000; de ellos, 50,000 se encuentran ubicados en las zonas conurbadas y 22,000 personas viven en situación de miseria.
Según información publicada por El Siglo de Torreón: en Gómez Palacio y Lerdo, Durango, hay 190,000 pobres, sólo superados por Matamoros. Torreón, aún siendo el de menor índice, suma al 26%.
La pobreza sigue siendo el principal azote de la humanidad y nosotros, como mexicanos y laguneros, no somos la excepción. Recuerde que a partir de ella se desprenden otros males sociales, como desnutrición, mala salud, ignorancia por falta de educación escolarizada y, sobre todo, violencia e incremento en los índices de criminalidad.
La falta de empleo es otra área de oportunidad, mismo que se ha despeñado en los últimos cinco años: el 10.38% en La Laguna de Coahuila y el 3.36% en la de Durango.
Aunque hay un incremento de casi 2 puntos del Producto Interno Bruto de la región, en relación al año 2010 -88.095/86.251-, revisando las cifras de los últimos 5 años, quedamos casi un punto abajo, en comparación a 2007 -88.095/89.316-, según información del "Resumen de 2011", de este diario regional.
Son evidencia del deterioro de la economía regional, agravada con los factores de inseguridad, el cierre de al menos 400 negocios durante el año anterior, la mayoría de ellos ubicados en la zona comercial del Centro de Torreón. Considere que son fuentes de empleo y autoempleo que aportaban a la economía de la Laguna.
Ya se menciona el incremento del costo de la canasta básica, entre ellos el de la leche, importante aporte nutricional para los niños y jóvenes. Según estadísticas de la Ssa, curiosamente, somos los más gorditos del país y esa información nos refiere a la mala educación nutricional, no a la abundancia en la ingesta de alimentos de calidad.
Ernesto Llamas Sotomayor, presidente del Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada, ha llamado a los laguneros a "transformarse en verdaderos vigilantes" de las administraciones públicas; en otras palabras, refiere la necesidad de involucrarnos y comprometernos en la exigencia a la solución de problemas por parte de las autoridades, pero también asumamos la responsabilidad social que nos corresponde, actuando proactiva y propositivamente en el combate a nuestros males.
Sobre impuestos, usted ya sabe la triste historia. El cómo enfrentarlo ya lo hemos dialogado: a partir de acciones de las organizaciones no gubernamentales e intermedias y con nuestra participación en la vida política regional.
Muy a mi pesar debo preguntarle: ¿en qué proporción somos nosotros parte del problema, al no involucrarnos responsablemente?
Hablar de "problemas" tiene dos acepciones: la primera, -punto de vista que comparto-se refiere a la situación o circunstancia que debemos atender, porque si no tiene solución, simplemente no lo es; la otra, la visión negativa de aquel que se abate y abandona ante sus realidades. Usted elija.
Los conocedores del tema rehúsan hablar de "problemas" y prefieren referirse a "oportunidades"; es distinto sentirse vencido por el desempleo, a pensar en las oportunidades de encontrar uno mejor y con más paga; diferente padecer una enfermedad con resignación, a enfrentarla buscando alternativas de curación; es triste la situación del endeudado que se declara insolvente, comparándola con aquel que busca otras fuentes de ingreso para cubrir sus compromisos económicos aprendiendo de la experiencia.
La palabra clave es actitud, pues según dicen los conocedores: "puede más el que teme menos y atiende las circunstancias y sucesos que se presentan en la vida, con optimismo y responsable actuar".
Qué difícil es escribirle el "Diálogo" de esta entrega, cuando dimensionamos los retos que son grandes y los recursos pocos, pero le pido recuerde a los colonizadores de La Laguna, que con esfuerzo y sacrificio, teniendo una actitud positiva y creativa, supieron labrar su vida en el semidesierto lagunero, hasta transformarlo en un rico vergel y zona de alta productividad nacional.
Con esos recuerdos podemos inspirarnos. ¿Le parece así?
Ydarwich@ual.mx
