Orientado el timón de las empresas petroleras del planeta hacia la petroquímica en la búsqueda del mayor valor agregado, Petróleos Mexicanos no sólo ha dejado morir por inanición sus plantas, sino actúa en favor del capital extranjero para hacerle competencia.
En un inaudito más del sexenio que se va, la empresa pública le venderá el gas etano, la materia prima, el motor del negocio, a precio reducido al consorcio brasileño-mexicano Braskem-Idesa para operar el proyecto conocido como Etileno XXI.
La prebenda, como acostumbra la paraestatal, será por 20 años.
A quién le importa si la materia prima es una de las más escasas en petroquímica; a quién le importa si a Pemex Gas y Petroquímica Básica se le vende a precio de "transferencia". A quién le importa si el complejo de carácter privado podría ser acusado de "dumping".
La paradoja del caso es que el esfuerzo de la paraestatal por cederle la cancha al capital extranjero contrasta con el abandono de los complejos petroquímicos propios.
Si al año 2006, al inicio de la docena trágica, Pemex tenía ocho de ellos en operación: Pajaritos, Cangrejera, Morelos, Cosoleacaque, Independencia, Escolín, Camargo y Salamanca, cuyas 64 plantas producían fármacos, pinturas, solventes, plásticos, láminas, sintéticos y PVC entre otros, hoy sólo quedan cuatro: Cangrejera, Morelos, Pajaritos y Cosoleacaque, por más que acaba de habilitarse, después de años de abandono, el Independencia.
De aquello que fue, sólo quedan 14 plantas activas, además de dos de oxígeno.
Lo inaudito del asunto es que en afán de evitar el desastre total, el Congreso de la Unión le otorgó a Pemex Gas y Petroquímica Básica en el 2008 una partida de 12 mil millones de pesos para ampliar la planta de etileno del complejo Morelos, en la certeza de que el plástico podría ser el negocio más rentable para la paraestatal… con la novedad de que la filial de Pemex, PPQ, encabezada por Rafael Beverido, le dio una y otra largas al inicio de las obras.
Cuando se inquirió por escrito al funcionario sobre los avances del proyecto, su respuesta fue que estaba a la espera de su vinculación con el complejo Etileno XXI, es decir, la empresa pública supeditaba su tarea a un proyecto privado.
Finalmente, la partida etiquetada se justificaría con gastos vagos… por más que la obra se desarrolla lentamente, pagándosele a los escasos trabajadores sueldos de miseria.
Lo que hoy se conoce como proyecto Etileno XXI se concibió a finales de la década de los 90, como un complejo de crackeado de etileno y producción de polietileno.
La idea se desvaneció al negarse la Secretaría de Hacienda a entregar los recursos correspondientes.
Sin embargo, a su llegada a la filial de Pemex, al inicio del gobierno foxista, Beverido retomó la idea bajo el nombre de "Fénix", pero ya no para que la desarrolle la paraestatal, sino hacia el capital privado.
El funcionario realizó decenas de viajes a todo el mundo en busca de inversionistas… que le hicieran la competencia a la paraestatal.
El caso es que "vendida" la idea bajo el atractivo de otorgar la materia prima a precio de ganga, además de diferentes facilidades en materia de impuestos, hete aquí que la Secretaría de Hacienda rechazó otorgar tal trato.
En el intermedio; sin embargo, se empezaron a desmantelar los complejos de la paraestatal, eliminándose mano de obra de alta especialidad.
El caso es que, tenaz, obsesivo, Rafael Beverido revivió la posibilidad en el actual sexenio, colocándosele ahora el nombre de "Etileno XXI".
La sorpresa es que la puerta que se había cerrado en el foxismo se abrió ahora de par en par, lo que le colocó alfombra a Braskem-Idesa.
La cristalización llegaría en el 2009 cuando, en una reunión en Cancún, los presidentes de México y Brasil, entonces Luis Inacio Lula Da Silva, formalizaron la promesa de gas etano barato.
El contrato a 20 años se firmó en el 2010.
El hecho es que solicitada por una particular, vía el IFAI, una copia del contrato, Pemex se negó durante ocho meses a otorgarla, ordenando el organismo a hacerla pública… contra lo que Braskem se amparó, alegando que la información provocaría la pérdida de su "ventaja competitiva".
Por lo pronto, exhausto por su "hazaña", Beverido acaba de solicitar su retiro de la paraestatal.
Los "héroes" están fatigados.
BALANCE GENERAL
Revivida la posibilidad por el gobierno en ciernes de construir un aeropuerto alterno para la capital en la zona de Texcoco, las líneas aéreas lanzan rayos y centellas contra la administración del actual, encabezada por Héctor Velázquez.
Las fallas por descuido en el mantenimiento de las instalaciones han provocado pérdidas incalculables.
Cuando no se afecta la torre de control por problemas eléctricos, se inundan las pistas de aguas negras, o se desatan escándalos por asuntos derivados del narcotráfico.
Escudado en una supuesta amistad con el presidente Felipe Calderón, el funcionario ha sido cuestionado por años por un extraño manejo de recursos en obras de remodelación y fallas de seguridad.
Planeada con un costo de 400 millones de pesos la construcción de la Terminal II de la terminal aérea, éste se elevó a más del doble.
La factura final fue de 900… y háganle como quieran.
La amistad estrecha de Velázquez con Jorge Camur, dueño de una empresa de publicidad exterior, le ha permitido a éste obtener jugosos contratos en diversas aéreas del aeropuerto.
De hecho, se presume que son socios.
TMM EN LA PELEA
Finalmente, la presión del escándalo por la entrega sin más de contratos para la construcción de hoteles flotantes a los astilleros de Galicia, provocó la reversa de Pemex, quien está abriendo una licitación internacional, sólo que con invitación restringida.
Hasta hoy se han solicitado tres posturas, incluidas la de los astilleros españoles a nombre de Pemex Internacional.
Las otras dos las han planteado la firma Goymar y Transportación Marítima Mexicana.
Al fin, pues, una empresa nacional está en la pelea.
CUMBRE DE NEGOCIOS
Bajo el lema "Impulso para un México Desarrollado", este lunes y martes se celebra en Querétaro la ya tradicional Cumbre de Negocios que ha impulsado desde hace más de una década Miguel Alemán Velasco.
Al evento, una suerte de versión mexicana del Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, acuden 50 ponentes de todas partes del planeta. De George Friedman, director general de Stratfor Global Intelligence, a Timothy Mack, presidente de la Sociedad Mundial del Futuro en Estados Unidos, pasando por presidentes de empresas internacionales como Marcelo Odebrecht, de la firma brasileña que lleva su apellido, además de Ronnie Chan, de Hang Lung Group Limited, Hong Kong y Pierre Beaudoin, de Bombardier, Canadá.
Entre los presidentes de empresas establecidas en México acuden Louise Groeser de Siemens; Scot Rank de Walmart; Marcelo Melchior, de Nestlé; José Andrés de Oteysa, de OHL…
Realizado originalmente en Veracruz, el evento se fue a Monterrey y ahora repite en Querétaro.
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