Problema. Las calles de Durango no contemplan la circulación de ciclistas; corren riesgos diariamente.
Uno de los mayores riesgos al circular por las calles de Durango es el andar en bicicleta. Pocos ciclistas utilizan casco protector y suelen mezclarse con los demás vehículos que ruedan el asfalto, pese a no tener la misma capacidad de defensa que ellos.
Sin embargo, el riesgo no es sólo para ellos, pues es común que automovilistas terminen por involucrarse en incidentes viales al esquivarles.
Las prácticas son diarias, pues lo económico que resulta el traslado en bicicleta provoca que muchos lo usen como vehículo principal, antes que el transporte público o cualquier otro automóvil a motor.
En el mismo caso se encuentran los moticiclistas, que tampoco utilizan -en su mayoría- mecanismos de protección, pese a que el Reglamento de Tránsito contempla infracciones a quien se resista a dicha práctica.
El Siglo de Durango realizó un recorrido por el primer cuadro de la ciudad y comprobó que la carencia de prevención es un mal generalizado. No se logró captar, de hecho, a un sólo ciclista con casco protector.
Otro de los vicios es la circulación en sentido contrario, a la que muchos han acudido para observar de frente a los vehículos y así poder evitarlos en caso de ser necesario; sin embargo, dicha práctica resulta contraproducente en los cruces, pues su aparición es regularmente repentina ante los coches que buscan virar.
Además, sólo una vialidad cuenta con infraestructura propia para el traslado de ciclistas.