Guardia de honor. El pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación rinde homenaje a Juventino Castro y Castro, quien fuera diputado y ministro, fallecido la madrugada del pasado domingo, durante la mañana de ayer lunes en el máximo tribunal de justicia en México.
El Poder Judicial de la Federación (PJF) despidió ayer lunes con un homenaje de cuerpo presente al ministro en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juventino Víctor Castro y Castro, quien falleció el domingo en la ciudad de México a los 93 años.
La ceremonia para recordar la trayectoria de Castro y Castro se efectuó en la sede del máximo tribunal de justicia del país, en sesión solemne de los plenos de la Corte, del Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal (TEPJF).
El presidente de la SCJN, Juan Silva Meza, afirmó que el ministro en retiro fue un hombre honesto que sirvió a la patria ejemplarmente como juez, funcionario público y legislador, y que contribuyó de manera destacada a construir la historia constitucional.
"La muerte de don Juventino Castro y Castro termina una vida congruente en el decir y en el actuar, en todo lo que hizo, en todo lo que emprendió, ni más ni menos, en todo. Una vida marcada por la decisión personal de servir a los demás antes de servirse a sí mismo, marcada por un claro compromiso público y social", expresó a nombre del Poder Judicial.
El presidente de la Corte destacó el carácter valiente y determinado del exministro, y su destacado papel en el caso de la matanza de indígenas de Aguas Blancas, Guerrero, en 1995, uno de los asuntos jurídicos más relevantes de la Novena Época y que marcó el paso de Castro y Castro por la Suprema Corte de Justicia.
FéRREO DEFENSOR Silva Meza no entró en detalles de la intervención de Castro y Castro en el caso, pero el fallecido exministro formó parte, junto al también desaparecido ministro Humberto Román Palacios, de la Comisión Investigadora creada por la Corte, la cual determinó que las autoridades tuvieron responsabilidad en la masacre de 17 campesinos, cuyos derechos humanos fueron violados.
El escándalo generado por la matanza obligó al entonces gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa Alcocer, a solicitar licencia para separarse del cargo, además de que varios de sus colaboradores cercanos fueron acusados penalmente.
Silva Meza sostuvo que Castro y Castro fue un mexicano creyente de las libertades de las personas y, con mayor énfasis a partir de su retiro como ministro, un empecinado defensor de la independencia y autonomía de la Suprema Corte de Justicia y de la Judicatura, en general.
"Vivió convencido de la necesidad de convertir a México en un santuario de los derechos humanos, de consolidarlo como un país reactivo al abuso del poder; esa convicción dio su actividad pública hasta el final, por lo que dedicó sus esfuerzos a dotar al país de un sistema jurídico protector de las personas; joven siempre en espíritu, jamás dejó de creer en la posibilidad de mejorar las cosas", expuso Silva Meza.
Ministros, familiares e integrantes del Poder Judicial de la Federación montaron una guardia de honor y guardaron un minuto de silencio, para despedir por última vez al ministro en retiro y diputado perredista, Juventino Castro y Castro.
