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Rinden homenaje a Héctor García en Bellas Artes

Ante el féretro, el periodista Alberto Carbot y los fotógrafos Marco Antonio Cruz y Héctor García Sánchez hablaron del afamado artista de la lente, a quien evocaron como un “pata de perro”, un hombre que gustaba de la buena comida y el vino. (NOTIMEX)

Ante el féretro, el periodista Alberto Carbot y los fotógrafos Marco Antonio Cruz y Héctor García Sánchez hablaron del afamado artista de la lente, a quien evocaron como un “pata de perro”, un hombre que gustaba de la buena comida y el vino. (NOTIMEX)

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Como un hombre apasionado del periodismo, maestro de varias generaciones y un ser privilegiado por conocer a sinnúmero de personalidades de México, fue recordado el fotógrafo mexicano Héctor García, durante el homenaje de cuerpo presente que se le rindió hoy en el Palacio de Bellas Artes.

Ante el féretro, el periodista Alberto Carbot y los fotógrafos Marco Antonio Cruz y Héctor García Sánchez hablaron del afamado artista de la lente, a quien evocaron como un “pata de perro”, un hombre que gustaba de la buena comida y el vino.

También lo hizo la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Consuelo Sáizar, quien se comprometió a digitalizar la obra de García y a construir dos bóvedas para su resguardo.

Al tomar la palabra, Héctor García Sánchez, hijo del fotógrafo fallecido, recordó a su padre como un hombre sonriente, vital, coleccionista, curioso, enamorado de la vida y de sus placeres.

Dijo que la cámara en manos de su padre era una “máquina capaz de transformar cualquier escena cotidiana en un rastro de belleza”.

Héctor García Jr. comentó que gracias a su padre, su hogar siempre estuvo abierto a diversas personalidades de México, como Carlos Monsiváis, Juan de la Cabada, Elena Poniatowska, Fernando Benítez, Dionisio Morales, Beatriz Zamora, Carmen Parra, Mercedes Iturbe, y muchos más que lo frecuentaban.

Acompañado de gente del gremio fotográfico y de sus hijos, Héctor, Yuri y Amparo, Héctor Jr. también recordó que la mejor cómplice de su padre, de memoria envidiable y entusiasta del arte en todas sus manifestaciones, fue María, su madre, gracias a quien el pudo desarrollar su carrera artística.

Luego, pugnó porque el archivo fotográfico de su padre, integrado por un millón de negativos, sea digitalizado y se construya una bóveda, a fin de preservar el legado de uno de los fotógrafos más sobresalientes del país.

En su oportunidad, Consuelo Sáizar, titular del Conaculta, expresó su compromiso de preservar el legado de Héctor García, a quien calificó como un “protagonista de una generación que se propuso impulsar a México desde la modernidad”.

Recordó que la obra de García dio voz a los movimientos sociales, inmortalidad a los artistas, dignidad a la calle, dimensión a la guerra y visibilidad a los excluidos. “Héctor García retrato el alma de México”, agregó.

En medio de unas cuantas coronas y arreglos florales, instaladas en el vestíbulo del palacio de mármol, la funcionaria evocó la pasión fotográfica de Héctor García y subrayó que “todos crecimos viendo sus imágenes”.

La inocencia de Elena Poniatowska, la sección revolucionaria del Ernesto “El Che” Guevara, la mirada poética de Octavio Paz, el genio de la mirada de Gerardo Murillo ‘Dr. Alt’, la seducción de Carlos Fuentes, son algunos de los aspectos que se encuentran en las fotos de García.

Destacó que junto con Manuel Álvarez Bravo y Gabriel Figueroa, García “armó esa trinidad de la mirada que escribía con luz”.

Al respecto, Alberto Carbot, amigo del fallecido artista de la lente, mencionó que García nació con una cámara entre las manos y fue el niño que al paso del tiempo se robó la luz.

Tras 33 años de conocerlo, Carbot recordó a su amigo como uno de los fotógrafos más destacados del siglo XX mexicano.

Mencionó que Héctor fue un hombre privilegiado porque tuvo la oportunidad de conocer a grandes hombres y de captar con su lente a las más grandes figuras que formaron parte de la historia política, cultural y periodística de México y el mundo.

García retrató a los personajes del otro México, de ese México que sigue latente, a los personajes cotidianos, a los campesinos, obreros y maestros que luchan, y también, a quienes confirman el inframundo de la pobreza.

“Héctor captó imágenes de la realidad social y política de un país que aspiraba a la consolidación de su modernidad, de un México con ganas de ser grande, de una capital orgullosa de su cosmopolitismo”, refirió.

Por último, Marco Antonio Cruz, recordó a su colega como un hombre que retrató a la sociedad con un fuerte compromiso social y añadió que su enorme trabajo es legado para la memoria visual de México.

Al término, Consuelo Sáizar pidió un fuerte aplauso para despedir al “pata de perro”, como también lo bautizara Carlos Monsiváis.

Enseguida, Sáizar; la secretaria de Cultura capitalina, Nina Serratos y los hijos del extinto fotógrafo, montaron la primera guardia de honor, rodeados de una gran fotografía a color en la que aparece García levantando la mano y despidiéndose.

Minutos antes, el féretro fue cubierto de rosas blancas, rojas y una cámara fotográfica.

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Escrito en: Héctor García

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