Sabías que...
ATENCIÓN, VALIENTES
El nombre del salto BASE describe la esencia de esta modalidad de paracaidismo, al ser las iniciales de Building, Antenna, Span y Earth (traducidos como edificio, antena, arco de puente y precipicio): es decir, los sitios desde donde deben lanzarse los intrépidos participantes. La globalización ha permitido que los amantes de dicha práctica descubran los escenarios más extremos para demostrar su agilidad y valor, y acudan cada vez más a eventos como el que se aprecia en la imagen. Se trata del KL Tower BASE Jump, el cual se realiza desde hace 13 años en Kuala Lumpur, Malasia. En él, quienes se animan a aceptar el reto deben brincar desde la cima de una torre que mide nada menos que 300 metros, sin ningún otro equipo más que el paracaídas.
UN CAFÉ CON DIOS
Paredes decoradas con fotos de santos, una atmósfera casi espiritual de tan relajada y material de lectura que incluye ejemplares de la Biblia, son parte de lo que distingue un singular establecimiento en Córdoba, Argentina. Se trata del Café con Dios, un café-bar temático que poco a poco ha ido haciéndose de clientela no sólo con intereses religiosos, sino de todo aquel que tiene la curiosidad de tomar una bebida caliente con nombre de apóstol: Judas Tadeo es chocolate, mientras que Pedro es un expreso cortado. También la comida debe ordenarse de manera especial: la paz es un croissant y si le dice al mesero “amarás a Dios por sobre todas las cosas”, le servirá un sándwich de jamón y queso.
PARA NO OLVIDAR
Entre las atrocidades cometidas por los nazis con el pueblo judío hubo una que marcó a los sobrevivientes más allá del espíritu: los tatuajes en el antebrazo que estamparon a los prisioneros de Auschwitz. En su momento y durante los años siguientes a su liberación, no pocos se sentían avergonzados de tener grabada esa cifra y buscaban la manera de removerla o cubrirla. En contraste, hoy muchos hijos, nietos y sobrinos acuden a tatuarse el mismo número, como un homenaje a sus familiares y un intento de que el holocausto no se olvide. La tendencia es controversial pues a pesar del propósito ya mencionado, algunos consideran estos números un símbolo de la deshumanización y por tanto lo ven como algo ofensivo.