Para Doña Consuelo Rodríguez de Ibarra,
Con mi enorme agradecimiento.
¿Qué fue primero? ¿El huevo o la gallina? ¿La gallina o el huevo? Y es que tras la irrupción en la escena mediática de ciertas grabaciones que seguramente ya escuchaste, querido lector, heme aquí escribiendo estas líneas a partir de una duda compartida por no pocas personas: ¿quién graba a quién? Si nos guiamos por lo que presumiblemente asentó en primera instancia la abanderada albiazul, Josefina Vázquez Mota durante la conversación telefónica sostenida con su coordinador de redes sociales, el diputado Agustín Torres; a ella es a quien graba Genaro García Luna -"en vez de avocarse a grabar al 'Chapo' Guzmán"- y Alejandra Sota -vocera de la Presidencia de la República- "a quien mando un amoroso saludo. Pinche Sota".
Pero eso fue hace unos días, porque ahora resulta que siempre no, que el enemigo no está en casa ni operando desde un cuarto oscuro en el sótano de Los Pinos, que el "pinche" es una expresión cariñosa entre dos cuatachas: Josefina -quien refrendó su amistad con la vocera gubernamental- y Alejandra, que no se ha pronunciado al respecto. Y por si quedase un atisbo de incredulidad por parte del estimable, Alejandro Poiré, titular de la Segob bajo cuyo cargo se encuentra la seguridad nacional, aseveró "que el Gobierno Federal no graba a nadie". En tanto, al leer la declaración, este columnista imagina las risas provenientes del Cisen, citando a uno de los varios organismos que se encargan de velar por la seguridad de México y sus instituciones. Ojo: no graban, no vaya usted a creer…
Nadie en su sano juicio busca la castidad en una casa de citas; pretender que de nuestros políticos emanen las virtudes humanas es absurdo. Sucia es la arena pública mexicana y pareciese que de la máxima acuñada por el ideólogo del sistema, Jesús Reyes Heroles, la que decía "fondo es forma", pasamos a una coyuntura donde no se respetan ni el fondo, ni mucho menos las formas y cada quien hace lo que le viene en gana. Lejanos los tiempos cuando la intervención telefónica -ilegal, por cierto- era facultad casi exclusiva de la extinta Dirección Federal de Seguridad, de Gutiérrez Barrios y la camada de "patriotas" que en aras de salvaguardar la estabilidad de la nación agarraron parejo grabando -no vaya a ser la de malas- a casi todo el mundo: políticos del sistema y fuera del mismo, periodistas, representaciones de los gobiernos extranjeros, disidentes, empresarios, estudiantes, artistas e intelectuales y a aquel que en un momento fuese de interés para la administración en turno.
En los anales del tercer milenio, albricias y hurras por tener de nuestro lado a la bendita tecnología. Lo cierto es que hoy cualquier hijo de vecino que cuente con los recursos -que por cierto, no son muchos- y la disposición de hacerlo; tendrá acceso a la más sofisticada infraestructura de espionaje al alcance de su bolsillo para así recabar de manera fiel y detallada la vida, obra, milagros, esqueletos en el clóset y platos sucios en la cocina de su oponente. ¿Que qué tan difícil es conseguirla? Baste con acceder a Internet. ¿No en balde se afirma que ahí se encuentra todo? Así que ya sabes, amable lector: en ti cabe la posibilidad de que aflore el siguiente James Bond. Yo grabo, tú grabas, él graba, nosotros grabamos, ellos graban; son las nuevas conjugaciones del verbo a las que hay que poner especial atención.
¿No se supone que hacerlo constituye un delito federal que se castiga con la cárcel? ¿No es una clara intromisión al derecho a la vida privada? No le hace, esas son pamplinas para nuestros políticos. Aquí el chiste es irle formando al contrario -poco a poquito- su expediente; de enlodar, de jugar sucio, de que a la luz salga todo aquello que no es bueno que otros escuchen ¿Qué no fue un tal Nicolás Maquiavelo el que dijo que el fin justificaba los medios? Bueno pues, ¡tomémosle la palabra! Resulta que hasta el senador Manlio Fabio Beltrones denunció que ciertas conversaciones suyas habían sido ventiladas, lo cual no deja de ser un tanto chusco. ¿Habrá sido lo anterior una sopa de su propio chocolate? se preguntará más de uno.
Estamos a escasos días de que termine la veda electoral impuesta por el IFE, así que el relato anterior fue sólo una probadita de lo que hemos visto y preámbulo de lo que de aquí hasta el primero de julio, lamentablemente veremos. De nueva cuenta, pan y circo y los resabios de un espectáculo de poca monta del que la inmensa mayoría estamos cansados. Dicho vulgarmente: mucho ruido y pocas nueces.
Termino la colaboración elevando una plegaria por el futuro del país, el cual se adivina incierto en manos de cualquiera de los suspirantes a la Presidencia de la República y de casi todas las gracias que ocuparán una curul en ambas cámaras . Del mismo modo, solicito ayuda con carácter de urgente en aras de encontrar por ahí a la linterna de Diógenes. Ojalá ella sepa decirnos qué hacer y cómo elegir de entre los políticos que hoy tenemos…
Y a usted, ¿ya lo grabaron?
Twitter @patoloquasto
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