¡Sálvese quien pueda!
Sin duda existen muchas mamás a las que los hijos les sacan canas verdes, las hacen lucir con unos años de más o simplemente las ponen en un estado del humor medio bipolar, pero ¿qué hay de aquellas madres que les hacen la vida imposible y hasta vergonzosa a sus hijos?, a esas de plano hay que tenerlas de lejitos.
Aléjate de esa lagartona
Algunas mamás darían todo para que sus chiquitos de 30 años se queden siempre en casa, un claro ejemplo es Doña Lucha, madre mexicana de 55 años, sobre protectora, le gustan los pretendientes que tengan dinero para su hija, pero ninguna mujer le parece digna de su hijo, por lo que a todas las considera unas “lagartonas” aunque no lo sean.
Doña Lucha es una mujer de buen corazón, madre de tres hijos que hace de todo para salir adelante haciendo negociaciones fraudulentas sin medir las consecuencias. Como es muy celosa con su familia trata de mantener a sus hijos cerca con la típica frase que seguramente tu también has escuchado: “Ya sólo te veo en fotos, ¿qué crees que esto es un hotel?, nunca tienes tiempo para la familia, pero yo te tuve 9 meses en mi vientre…”
¡Federica por favorrrr!
¿Por qué no eres una madre normal? Se le podría decir a Federica, esta mujer de Ciudad Peluche. Tiene tres hijos, un niño, una niña y niño adoptado. Al parecer ser buena madre nunca fue lo suyo ya que al nacer Bibi, su primera hija, decide mandarla a un orfanato por lo que no se hace responsable de ella hasta que cumple sus 13 años; su segundo hijo, Ludoviquito, es el consentido de sus padres y a su vez el más travieso y desastroso de los tres; y el tercero realmente es el Comandante Aligerhi, quien es atropellado por Federica y pierde la memoria, así que ella decide hacerlo pasar por su hijo adoptado. Federica es quien realmente lleva el control de la casa, aunque como algunas mujeres mexicanas no duda en gastar lo que no tiene para lucir mejor que las demás. El glamour ante todo.
Sobres, sobres, sobres…
¿Quién no ha visto el peculiar bailecito de “sobres, sobres, sobres”? Seguramente sus hijos no se sentirán orgullosos de ellas. Desde Monterrey, Nuevo León, llegan estas finísimas “comares” Felícitas y Cantalicia, mejor conocidas como “Las Lavanderas”. Se la pasan maldiciendo y haciendo bromas y chistes sobre temas que no cualquiera se atrevería, y aunque provocan varias carcajadas al público y sus fans, seguramente sus hijos lo único que querrán es permanecer encerrados o que nadie los reconozca. Ellas esperan que su imagen no afecte la educación de sus hijos, pues su vida y trabajo no son vulgares sino “honrados y decentes”.
Con todo respeto
Trabajando arduamente cocinando quesadillas en su fonda para sacar adelante a sus seis hijos, llega Doña Margara Francisca y ¡con todo respeto! Esta mujer se define como “decente”, aunque sea lo que menos tiene, y hace todo lo posible por defender a cada uno de sus hijos; Jocelyn Guadalupe, Laura Nancy, Antoine Aureliano, Jonathan Ramón, Juan Christopher (que es homosexual y defiende sus preferencias sexuales a capa y espada) e Irving Trinidad que vive en los Estados Unidos y sufre de discriminación. Pero ¿qué es lo más peculiar de Doña Margara Francisca además de su verruga? Así es, su refinada forma de hablar. La reina de las groserías dice las cosas como son y sin pelos en la lengua, nunca está de acuerdo con la gente y se la pasa peleando y gritando a todo aquel que pase enfrente.
Gracias a Dios no tuvimos la “suerte” de ser hijo de alguna de estas mujeres, aunque sin duda madre solo hay una y merece respeto y cariño.