Sana ‘medicina’ el alma
Por: Juana Crespo Arrona y Berenice Castro.
Un producto cuyo único efecto es arreglar el alma es el más buscado por los católicos que celebran la visita de Benedicto XVI.
A unos pasos del templo Expiatorio se ubica una tienda de recuerdos que se vio concurrida por turistas,adentro, Mariana en el mostrador explicó a un católico el efecto del “Tratamiento celestial”.
“Son 60 pastillas que usted va a tomar cuando las necesite, los ingredientes son amor trinitario y amor e intercesión Guadalupana”, explicó.
“¿Cuántas dosis me tomo?”, preguntó el cliente, un hombre de edad avanzada.
“No, señor”, contestó Mariana, “es un rosario, son los que usted quiera”.
A unos metros, Luis Velázquez, otro de los fieles que sigue a Benedicto XVI en su visita a México, le dijo a su acompañante: “Hay que comprárselo a Paulina (una familiar).
Un “frasco de pastillas” es capaz de provocar ese efecto… se trata de un tratamiento con contenido neto de 60 tabletas.
Esta “medicina” contiene la dosis justa para contar con un efecto colateral capaz de desarrollar la actividad apostólica, mejorar la piedad, alentar la solidaridad y proteger contra las acechanzas maléficas.
El modo de empleo es una tableta, cantidad bastante para la solidaridad, sin peligro de automedicación.
Este producto no cuenta con prohibiciones de Salud, y es imperecedero.
Los católicos que se dieron una vuelta por el Expiatorio se sorprendieron por la creatividad de los fabricantes, sólo se dice que está certificado y fabricado por Jesús de Nazareth, farmacéutico celestial y médico del alma, elaborado cerca del paraíso y del reino de Dios.
Como parte de la visita papal, este artículo fue de los más solicitados, seguido de las playeras y las figuras de papel del Papa Benedicto XVI.
Hacen de todo
esde que supieron de la visita del Papa a León, estudiantes de la carrera de Turismo del Centro Educativo Jaltepec planearon viajar para conocer al Papa.
“Hicimos de todo para venir: gorditas, kermés, cena, de todo… lo que queríamos era venir y conocer al Papa”, dijo Alejandra Téllez, de 19 años, estudiante de primer semestre de Turismo, de la prelatura del Opus Dei.
Llegaron el viernes cerca de las 3 de la tarde y en cuanto dejaron las maletas corrieron a formar parte de la valla cerca del Expiatorio.
“Estuvimos llorando, fue lo máximo, fue lo mejor, padrísimo”, contó Cinthya Yadira Aguilar, de 20 años.
Salieron cerca de las 10 de la mañana del departamento, que rentaron, en el Arco de la Calzada, se encontraron con la comitiva de obispos que seguían la ruta turística.
Entre gritos, porras y aplausos los recibieron y los siguieron hasta el Expiatorio.
