Miles de aficionados regiomontanos brincaron a la cancha del Estadio Tecnológico al terminar el entrenamiento de ayer. (Jam Media)
Alrededor de ocho mil aficionados sorprendieron este lunes a los jugadores del Monterrey al invadir la cancha del estadio Tecnológico en busca de estar cerca de ellos, y aunque todo se salió de control por algunos minutos no hubo mayores consecuencias.
El plantel realizó su práctica en el inmueble y permitieron el acceso a los seguidores para que desde la tribuna la presenciaran, luego que hoy fue día de asueto.
Todo transcurrió con normalidad, pero cuando los futbolistas se acercaron a las tribunas para dar algunos obsequios, la gente comenzó a brincarse al terreno de juego en busca de una fotografía o autógrafo.
El delantero chileno Humberto Suazo inmediatamente fue rodeado por decenas de aficionados, mientras otros se esparcieron por el césped y unos literalmente se subieron a las porterías; otros, incluso, quedaron sentados en los travesaños.
Después de ello, los jugadores se refugiaron en el vestidor y se quedaron ahí hasta que la gente abandonó la cancha del Tecnológico y el estacionamiento donde los futbolistas dejan sus automóviles, ya que también lo invadieron.
Finalmente hubo saldo blanco tras el suceso y después de que llegó la policía todo volvió a la normalidad, por lo cual los futbolistas pudieron retirarse sin contratiempo alguno.
Carreño Se Motiva
El delantero del Monterrey Darío Carreño se dijo sorprendido por la invasión que hicieron ayer miles de aficionados a la cancha del estadio Tecnológico durante la práctica del equipo, pero aseguró que es motivante el apoyo.
"La verdad es que esperábamos un poquito menos de gente, nos sorprendió ver a toda esa gente en numerado y ya cuando todos se metieron a la cancha", indicó.
El atacante, quien fue el único que dio declaraciones ante los medios de comunicación luego del suceso que se registró en el inmueble, comentó que "esto es motivante para todos.
10 MIL
Fanáticos, aproximadamente, fueron al entrenamiento de Rayados ayer.
