El crucero que viene. El crucero Costa Serena (arriba) pasa frente al naufragado Costa Concordia (abajo) ayer, en la isla de Giglio.
Las cuadrillas de rescate suspendieron ayer miércoles las operaciones en el crucero encallado después de que el barco se desplazó un poco sobre las rocas cerca de la costa toscana, causando preocupaciones por la seguridad de los buzos y los bomberos que buscan a 22 personas que siguen desaparecidas.
El Costa Concordia de 450 millones de dólares tenía más de 4,200 pasajeros y tripulantes a bordo cuando se impactó en el arrecife el viernes en la costa de la pequeña isla italiana de Giglio después de que el capitán realizó una maniobra no autorizada.
Los cadáveres de cinco pasajeros adultos -cuatro hombres y una mujer, todos con el chaleco salvavidas puesto- fueron hallados entre los restos del barco el martes, lo que elevó a 11 la cifra de muertos. Sus nacionalidades no han sido reveladas.
Instrumentos conectados al barco detectaron movimientos ayer temprano, obligando a que fuera suspendida la búsqueda a pesar de que los bomberos que pasaron la noche buscando en la superficie no pudieron detectar el movimiento. No se han encontrado más pasajeros ni tripulantes.
IDENTIFICAN A VÍCTIMAS
La primera víctima del desastre del Costa Concordia fue identificada ayer miércoles: Sandor Feher, un violinista húngaro de 38 años que trabajaba en el sector de espectáculos del crucero.
El cuerpo de Feher, hallado dentro del casco, fue identificado por su madre, que viajó a la ciudad italiana de Grosetto, informó la cancillería húngara.
El crucero Costa Concordia, de 450 millones de dólares, transportaba a más de 4,200 pasajeros y tripulantes cuando encalló en un arrecife frente al islote de Giglio después que el capitán realizó una maniobra no autorizada. Hasta ayer, las víctimas sumaban 11 muertos y 22 desaparecidos.
Jozsef Balog, un pianista que trabajaba con Feher en el barco, dijo al diario Blikk que el violinista se había colocado el chaleco salvavidas y resolvió regresar a su camarote a buscar su instrumento. Fue visto por última vez cuando se dirigía al lugar donde debía abordar el bote salvavidas.
Según Balog, Feher ayudó a varios niños a colocarse los chalecos antes de regresar a su camarote.
Las autoridades italianas dieron a conocer previamente los nombres de 24 pasajeros y cuatro tripulantes desaparecidos, una lista que incluye a seis personas cuyos cadáveres fueron recuperados de la nave. Entre los desaparecidos había 13 alemanes, seis italianos, cuatro franceses, dos estadounidenses y una persona de Hungría, una de la India y una de Perú.
Instrumentos colocados en el barco detectaron los movimientos ayer miércoles por la mañana, aunque los bomberos que pasaron la noche recorriendo las aguas circundantes no vieron nada.
"Como medida de precaución, detuvimos las operaciones esta mañana para verificar los datos que obtuvimos con nuestros detectores", dijo el capitán de guardacostas Filippo Marini.
Avanzada la tarde, los rescatistas aún no tenían la seguridad de que el buque se hubiese terminado de asentar. El premier Mario Monti hizo sus primeras declaraciones sobre el desastre ayer miércoles, al decir en una conferencia de prensa en Londres que "pudo y debió" haberse evitado.
El primer ministro italiano Monti agradeció a los pobladores de Giglio, que son apenas 900 en invierno, por abrir sus puertas a los 4,200 refugiados que ganaron la orilla y a los que brindaron ropa, alimentos y refugio.
Naufragio ya causó daño ambiental
El gobierno italiano aseguró que ya se ha producido un "daño ambiental", aunque "muy contenido" en el fondo marino de la isla de Giglio como consecuencia del naufragio el pasado viernes del crucero "Costa Concordia", que contiene en su interior 2 mil toneladas de combustible. Al margen de su comparecencia ayer miércoles ante el pleno de la Cámara Baja, el ministro italiano de Medioambiente, Corrado Clini, afirmó que existe el riesgo de un posible vertido de carburante al mar, que podría extenderse a lo largo de toda la costa del Tirreno.
"Existe ya un daño ambiental, muy contenido, relativo a los fondos marinos de la isla del Giglio", afirmó Clini a los reporteros en los pasillos de la Cámara Baja italiana.
"Estamos ante una situación límite porque la nave es inestable -añadió-. Hay que actuar de prisa. Creo que en las próximas doce horas estaremos en disposición de comenzar a trabajar en el depósito. Para vaciar las 2 mil 380 toneladas de carburante contenido en el depósito necesitamos al menos dos semanas".
El ministro de Medioambiente aseguró que para poder sacar al "Costa Concordia" del lugar en el que se encuentra encallado, donde ayer se volvieron a suspender las tareas ante el movimiento del crucero, "obviamente" hará falta más tiempo, pues "basta un poco de sentido común para entender que existe un juego peligroso".
"El riesgo es la dispersión en el mar del carburante que podría contaminar no sólo la zona del naufragio, sino toda la costa del Tirreno, dependerá mucho de las corrientes" marinas, comentó Clini.