Las Chivas de Guadalajara se jugarán su última carta para salvar la temporada al recibir mañana miércoles al líder y favorito Vélez Sarsfield de Argentina, en la penúltima jornada del grupo 7 de la Copa Libertadores.
El equipo mexicano anda de capa caída en su torneo y en la Libertadores y con posibilidades prácticamente nulas de clasificarse a la siguiente ronda, además con dependencia de resultados de otros rivales.
Parte del problema es que su delantera afronta una sequía de goles y acumula tres partidos sin marcar, situación que debe resolver este miércoles para no quedar eliminados.
La defensa del Vélez Sarsfield, equipo que llegó a Guadalajara la mañana del martes, ha sido una de las más sólidas al permitir solo tres anotaciones en cuatro partidos.
Todo esto le da al equipo del técnico Ricardo Gareca grandes posibilidades de ratificar, con un empate o una victoria, el pase a la siguiente ronda ante las Chivas, a las cuales venció 3-0 en su primer choque del sector, el 22 de febrero pasado.
El Defensor Sporting de Uruguay y el Deportivo Quito, de Ecuador, los equipos que completan el grupo 7, se enfrentarán en casa del primero un día antes que el partido en el Omnilife, con capacidad para 49.850 aficionados.
Las Chivas ocupan el último lugar del grupo 7 con cuatro puntos.
El Vélez lo encabeza con nueve unidades, delante del Defensor Sporting uruguayo con seis y el Deportivo Quito ecuatoriano con cuatro y mejor diferencia de goles.
El entrenador de las Chivas, el mexicano Ignacio Ambriz, tiene en duda al guardameta titular, Luis Ernesto Michel, quien el domingo pasado fue sustituido por lesión por Hugo Hernández.
El conjunto argentino, que dirige Ricardo Gareca, llegó a primera hora del martes a la ciudad de Guadalajara.
El partido se jugará sobre la cancha de césped artificial del estadio de las Chivas, una superficie que ha sido fuertemente criticada por la mayoría de los futbolistas de la liga local y que no ha sido del todo provechosa para el conjunto de casa.
