Recuperación. El campo duranguense se recupera luego de haber tenido pérdidas por más de tres mil mdp a consecuencia de la sequía.
Las lluvias que se registraron durante los últimos días en la mayor parte de la entidad, permitieron que se generaran condiciones de humedad que fueron óptimas para sembrar las tierras, por lo que se espera una buena cosecha para los meses de octubre y noviembre.
Al dar a conocer lo anterior, el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Estado (Sagdr), Carlos Matuk López de Nava, informó que en la actualidad, de acuerdo a la información preliminar con la que se cuenta, hay 180 mil hectáreas de frijol sembradas, además de 180 mil hectáreas de maíz y avena, es decir 360 mil hectáreas de cultivo en todo el estado.
"Este es un excelente número, son cierres preliminares que estamos haciendo y eso nos da la expectativa de buenas cosechas", manifestó.
Ante ello, las autoridades esperan que las lluvias continúen para que se siga generando la humedad que requieren los cultivos para crecer.
El funcionario estatal expuso que la zona del semidesierto es la que registra las condiciones menos favorables en cuanto a lluvias, pero en el resto del estado ha habido suficientes precipitaciones. "Esperamos tener buena cosecha a partir de finales de los meses de octubre y noviembre", confió.
GANADERÍA, AÚN SIN CUANTIFICAR
Respecto a la ganadería, López de Nava comentó que conlleva un proceso más largo de recuperación por lo que se hará una valoración a fondo durante los próximos días.
"Creemos que estamos por encima de las 500 mil cabezas de disminución y hay que ver cómo podemos iniciar el proceso de repoblación", adelantó.
En este sentido, las autoridades buscan fortalecer las acciones para propiciar el nacimiento de un mayor número de becerras el próximo año, a través de programas de inseminación y repoblación.
Sin embargo, aclaró, primero se tiene que cuantificar en qué nivel está el hato duranguense para ver cuánto más puede soportar.
EL OTRO EXTREMO
Las lluvias han sido excesivas en algunas partes del estado por lo que en Poanas, por la acumulación de agua, se perdieron entre 350 y 380 hectáreas de frijol y maíz.
Esto provocó que se tuviera que apoyar a los productores con semilla de avena para forraje para resembrar las tierras.