Un juez federal sentenció a 23 años de prisión al capo jamaiquino Cristopher Coke, quien controlaba un vecindario de Kingston, la capital de Jamaica, y cuya captura en 2010 paralizó esa ciudad y causó la muerte de 70 personas.
“Desde su base de operaciones en Jamaica, Coke presidió una organización internacional de tráfico de armas y drogas que controló con violencia e intimidación durante casi dos décadas”, afirmó Preet Bharara, fiscal de Manhattan.
En un comunicado, Bharara indicó que la sentencia muestra que los criminales considerados “intocables” eventualmente son procesados gracias a la tenacidad de las autoridades estadounidenses, que coordinaron su captura.
El capo fue detenido en junio de 2010 en Jamaica, luego de varias semanas de persecución que causaron un brote de violencia callejera que dejó un saldo de más de 70 muertos y decenas de heridos.
Coke, de 43 años y quien fue extraditado a Estados Unidos tras su detención en Jamaica, se declaró culpable de conspirar para cometer actividades del crimen organizado, apoyado en un “ejército” de más de 200 “soldados” que distribuían cocaína, crack y otras drogas en Jamaica y Nueva York.
