Emoción. Lucía de León presenció la misa que el Papa, Benedicto XVI, ofició en Guanajuato.
Frío, hambre y cansancio que le dejó un recorrido a pie por más de seis horas- soportó Lucy, para ver a Su Santidad.
La sensación de agotamiento no se comparó con lo que sintió cuando vio de cerca al sucesor de San Pedro y escuchó su mensaje de paz.
Lucía de León partió con un grupo de fieles de la Catedral de Nuestra Señora de Santa María de Guadalupe, de Gómez, el sábado por la tarde.
A las 3 de la mañana del domingo, el camión llagaba al estacionamiento acondicionado para los foráneos que estarían en la celebración que el Papa Benedicto XVI ofrecería en el Parque Bicentenario.
De León cuenta que aunque el estacionamiento estaba cerca, fue hasta las 9:15 de la mañana cuando llegaron al lugar destinado para el grupo.
“Era de caminar un metro y te detenían, otro metro y otra vez te detenían, hacía mucho frío, pero ya estábamos ahí. Hicimos seis horas en llegar a nuestros lugares y bajamos en 25 minutos. Yo llevaba boletos VIP, pero nos cerraron las puertas porque llegamos a las 9:15. Pero aún así tuvimos buenos lugares”, dijo.
Platicó que el camino era angosto, por lo que no podían sentarse. “Cabían cinco personas por cada fila, pero estaba muy lleno, había muchísima gente, así que todo ese tiempo estuvimos parados y caminando”.
El cansancio, la desvelada y el frío desaparecieron cuando vio a Su Santidad pasar a 20 metros de ella.
“Sentí mucha emoción y a la vez como un sentimiento de paz me invadía, estaba feliz.
Cuando empezó a dar el mensaje no podía creer que lo estuviera escuchando a él, pensé -aquí esta el representante de mi padre Dios en la Tierra-”.
La homilía fue en español, el resto de la misa en latín. “Él dijo que se sentía la emoción de todos los mexicanos, que era una alegría estar entre nosotros, el cual era un motivo como se sintió, para volver”, dijo.
Lucía de León y el grupo de feligreses llegaron a las 5 de la mañana de ayer. No pudo dormir, pues dijo que aún sentía la emoción por aquel primer encuentro de los mexicanos con Su Santidad del cual fue testigo.